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A 25 AÑOS DE LA CARPA DE LA SOLIDARIDAD

El Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata recuerda el 25° aniversario del levantamiento de la Carpa de la Solidaridad, un histórico triunfo ocurrido el 24 de febrero de 1995.

Ese día, después de 7 meses y 11 días, luego de firmar el acuerdo con la reincorporación de 23 trabajadores despedidos en mayo del año anterior, se levantó la carpa instalada frente a las oficinas de la entonces empresa provincial de Energía ESEBA S.A. en diagonal Pueyrredon y Belgrano.

Aquel suceso, marcó un hito histórico en la larga lucha que siempre llevó adelante el Sindicato en defensa de las empresas públicas de energía, los derechos laborales y el Convenio Colectivo de Trabajo. La Carpa tuvo no sólo el acompañamiento de los trabajadores cesanteados y sus familiares, sino también de la gran mayoría de la comunidad marplatense, autoridades políticas locales y nacionales y el apoyo de una gran lista de organizaciones sindicales, sociales y políticas de todo el país.

LOS HECHOS

El 14 de mayo de 1994 el Directorio de la empresa provincial de Energía ESEBA S.A. decidió cesantear a 23 trabajadores, luego del rechazo y la resistencia del gremio a la intención de tercerizar los sectores de Informática y Telecomunicaciones, y rechazar también todos los intentos privatizadores.

La Asamblea del Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata resolvió instalar desde el 13 de julio (justamente el Día del Trabajador/a de la Electricidad) la “Carpa de la Solidaridad”, como una trinchera de denuncia, reclamo, dignidad y solidaridad.

Instalada frente a las sede de ESEBA S.A. (hoy convertido en un shopping), la “Carpa de la Solidaridad” fue la primera medida de protesta de estas características y con esa fuerza, en nuestra ciudad y la zona. También fue una iniciativa que se realizó por primera vez en todo el país y que luego sería retomada por otras organizaciones sindicales en diferentes reclamos.

Desde los meses previos y durante el transcurso que duró la Carpa, se realizaron una gran variedad de acciones de protesta, con metodologías inéditas hasta ese momento: marchas de antorchas, festivales artísticos en apoyo, caravanas a La Plata para exigir a las autoridades políticas, huelgas de hambre y ayunos de protesta, recolección de firmas, entre otras.

El 24 de febrero de 1995, luego de 7 meses y 11 días, la organización sindical y la empresa firmaron un Acta-Acuerdo con la reincorporación definitiva de los trabajadores cesanteados, y finalizando el conflicto.

Durante los meses que duró, la Carpa fue visitada y por centenares de representantes sindicales, dirigentes políticos, sociales, de Organismos de Derechos Humanos, fomentistas, legisladores, artistas, y tuvo el acompañamiento y la solidaridad de una inmensa lista de Organizaciones de todo el país que acompañaron a la distancia la lucha de nuestro gremio.

También se recolectaron más de 72 mil firmas de vecinos y vecinas de Mar del Plata y alrededores, que fueron entregadas al entonces Gobernador, Eduardo Duhalde, que apoyaron y legitimaron el reclamo de nuestra Organización.

Nuestro Secretario General, José Rigane, dijo en aquel momento al levantarse la Carpa frente a los trabajadores, sus familiares y la comunidad reunida: “El valor de la carpa va mucho más allá de la lona, de ese espacio, de la estética y su figura. Nos permite ahora comenzar otra etapa, la del diálogo, la de buscar el acuerdo con el diálogo, aunque sin malvender ni entregar lo que conseguimos en la lucha”.

El viernes 24 de febrero, luego de firmar el Acta Acuerdo entre el Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata y ESEBA SA, hubo un acto en plaza Forja para proceder al levantamiento de la Carpa de la Solidaridad.

EN DEFENSA DE LA EMPPRESA PÚBLICA PROVINCIAL

El reclamo se venía desarrollando desde mucho antes a mayo de 1994. La intensidad de las protestas fue en aumento en la medida en que se avizoraba cada vez más claramente las intenciones de privatizaciones y despidos masivos, que por esos tiempos (y de la misma manera que se habían impuesto a nivel nacional, en la prestación de otros servicios) se estaba impulsando desde los grupos de poder, las empresas multinacionales, los propios gobiernos nacional y provincial, los medios de comunicación, e incluso, algunos gremios traidores.

El conflicto tuvo su origen en la firma de un Acta-Convenio entre la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF) -que nuestro Sindicato no integraba por haber sido expulsado dos años antes-, y la Empresa ESEBA S.A. , por la cual los trabajadores perdían más del 50% de sus derechos y por el contrato que ESEBA S.A. celebró con ENGION S.A. (una empresa fantasma creada para la ocasión) otorgándole a esta las áreas de informática y telecomunicaciones por 70 millones de dólares, sin licitación previa y por contratación directa.

Durante el tiempo previo a la decisión de instalar la carpa de la Solidaridad, el Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata entabló una lucha dirigida a defender las reivindicaciones y los derechos de los trabajadores y de los usuarios, a partir de la seguridad de que la Empresa le pertenece a los usuarios, y a los trabajadores.

En todo momento la comunidad acompañó, se comprometió, fue solidaria, les dieron el valor y el empuje necesarios para sostenerse en el tiempo. Se juntaron 72 mil firmas por esta causa (cantidad superior al número de votos necesario para elegir un intendente en ese momento) que se llevaron a la gobernación bonaerense; y otras 7 mil que fueron presentadas en el Honorable Concejo Deliberante.

En sus palabras a los presentes en el acto de la noche del 24 de febrero, José Rigane expresó que “la carpa nos permitió comprender que era posible la lucha, objetar las intenciones de la empresa, generar iniciativas, encontrarse con las propuestas de la comunidad para mejorar las nuestras y seguir adelante con la lucha” (…) y “se fue convirtiendo, con los días, con los meses, en el símbolo también, de la unidad de los trabajadores de Luz y Fuerza”.

ESTE ES UN TRIUNFO DE TODOS, PERO FUNDAMENTALMENTE ES UN TRIUNFO DE LA ÉTICA

«Debemos recuperar aquel legado que tantos compañeros, compañeras junto a la sociedad marplatense y bonaerense forjaron casi unánimemente. Hoy, cuando el mundo es completamente distinto al que añorábamos en aquellos años, cuando vemos que el individualismo, el sálvese quien pueda y la falta de compromiso con las causas populares son moneda corriente, proponemos construir otro modelo: de sindicalismo, de sociedad, de país y de mundo. Porque, como aprendimos allá por 1995, SABEMOS QUE ES POSIBLE».

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