El equipo de Lemme necesitaba un milagro pero no estuvo ni cerca: cayó 2-1 ante Australia y se va de la competencia con tres derrotas.
Se terminó para Argentina la participación en el Mundial Sub 17 y es sin duda un enorme dolor de cabeza para todo el fútbol nacional. Los dirigidos por Miguel Ángel Lemme volvieron a perder, esta vez ante un rival a priori más débil como Australia, y se despiden con un doloroso saldo de tres caídas en tres presentaciones.
Necesitaba un milagro el equipo albiceleste, pero nunca hizo demasiado por acercarse: eran más incisivos los canguros y a los 25, aprovechando una desinteligencia en la última línea, Panetta solo tuvo que empujarla para abrir el marcador. El golpe se sintió y hubo una búsqueda de la igualdad, Roskopf era el abanderado pero cada contragolpe desnudaba falencias.
Y el remate australiano llegó a los 7 del segundo tiempo, de nuevo con Panetta como autor desde afuera del área. La noche estaba decretada para Argentina, que al menos consiguió el gol del honor y único en el certamen a través de Conechny de penal y el mismo pibe logró igualar, pero se lo anularon por offside.
Sin juego, ni ideas, ni rebeldía, ni orgullo. Chicos de 16 o 17 años, víctimas de una pésima organización que parte desde la AFA y dejan como saldo uno de los papelones más importantes del fútbol de selecciones argentinas.
Fuente: Goal.com
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