La hebiatra Fátima Amado (MP 97.740) advirtió a Mi8 sobre una mayor frecuencia de consultas respecto a problemáticas asociadas a la salud mental en jóvenes
La consulta médica de adolescentes ya no gira solo en torno a controles de rutina o certificados para clubes y gimnasios. Hoy, ese primer contacto con el sistema de salud funciona como un filtro para detectar cambios físicos, inquietudes y problemáticas que atraviesan de lleno a la vida adolescente.
Así lo explicó en diálogo Mi8 con la médica hebiatra Fátima Amado (MP 97.740), de Casa Eninsa, que detalló cuáles son las consultas más frecuentes y qué desafíos atraviesan las familias.
Un espacio clave para evaluar crecimiento y salud mental
Amado destacó que, si bien muchas consultas surgen por iniciativa de madres, padres o adultos responsables para hacer un control general, esos encuentros permiten “aprovechar para hacer la valoración del crecimiento y del desarrollo de ese adolescente”, y abordar los cambios propios de la pubertad.
Según explicó, estas visitas también funcionan para “detectar algunasituación clínica que requiera de un seguimiento particular” y abrir un espacio donde el adolescente pueda «plantear preocupaciones o sufrimientos específicos”.
En ese punto, la salud mental ocupa un lugar central: “Empiezan a surgir con mucha mayor frecuencia las consultas respecto a problemáticas asociadas a la salud mental”. Las preocupaciones, aseguró, pueden venir tanto de familias como de escuelas o de los mismos adolescentes, e incluyen «ansiedad, angustia, conflictos vinculares, bullying presencial y digital«, y también situaciones más graves como autolesiones o pensamientos suicidas.
Asimismo, la profesional subrayó la importancia de consultar ante cualquier señal de alarma y remarcó el rol del trabajo interdisciplinario entre psicólogos, psiquiatras y profesionales clínicos: “En la mayoría de los hospitales públicos hay guardias de salud mental a las que se puede acudir”.
Menos estigma y más consultas
En esa línea, la médica señaló que el aumento de consultas por salud mental también responde a un cambio social: “Probablemente tiene que ver con que se hablan más abiertamente de problemas asociados a la salud mental, entonces hay menos estigma”.
Aunque aún persisten ideas como que “ir al psiquiatra es estar loco”, Fatima insistió en que el acompañamiento profesional “es necesario para poder finalizar el sufrimiento” que generan estas problemáticas, especialmente en una etapa donde los jóvenes “se están redescubriendo en un nuevo cuerpo y un nuevo entorno”.

Fuente: Mi8








