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Cada vez más personas eligen tener perros antes que hijos: cuál es la razón de este cambio social y emocional 

El fenómeno conocido como pet parenting crece con fuerza en todo el mundo. Cada vez más personas, especialmente jóvenes adultos, deciden criar perros como si fueran hijos. Este cambio refleja una nueva manera de entender la familia, el amor y la responsabilidad afectiva en la sociedad actual.

En las grandes ciudades, donde predomina la soledad y la vida acelerada, los perros se convierten en compañeros esenciales. Proveen compañía, afecto constante y una sensación de propósito. Para muchos, representan una alternativa emocional frente a la incertidumbre económica y la postergación de la maternidad o paternidad.

El vínculo humano-perro se transformó en un lazo de apego profundo. Ya no se trata solo de tener una mascota, sino de compartir la vida cotidiana: paseos, celebraciones, rutinas de alimentación y cuidado. En redes sociales, abundan perfiles dedicados exclusivamente a estos “hijos peludos”, reflejando la fuerza del fenómeno.

Los especialistas destacan que esta tendencia también responde a factores psicológicos y sociales: la búsqueda de contención emocional, la falta de vínculos humanos estables y el valor del amor incondicional que los perros ofrecen.

perros
Cada vez son más las personas que eligen tener perros antes que hijos.

La ciencia detrás del vínculo humano-perro

Diversos estudios demostraron que convivir con perros mejora la salud física y emocional. Investigaciones de universidades de Estados Unidos y Europa señalan que el contacto con estos animales reduce los niveles de estrés y ansiedad, eleva la oxitocina —la hormona del apego— y mejora el estado de ánimo.

Un trabajo publicado en Frontiers in Psychology reveló que la conexión entre humanos y perros activa en ambos especies áreas cerebrales vinculadas al amor y la empatía. Este hallazgo explica por qué las personas desarrollan lazos tan profundos y duraderos con sus mascotas.

Otros estudios del National Institutes of Health de EE. UU. indican que tener un perro puede disminuir la presión arterial y fortalecer el sistema inmunológico. Además, quienes pasean con sus perros tienden a ser más activos físicamente y a mantener mejores rutinas de descanso y contacto social.

Cada vez son más las personas que eligen tener perros antes que hijos. 

Un reflejo de los cambios sociales

El crecimiento del pet parenting también tiene raíces económicas y culturales. La inestabilidad laboral, el costo de la vivienda y la falta de políticas de conciliación familiar llevan a muchos jóvenes a priorizar el bienestar personal por sobre la crianza de hijos. En ese contexto, los perros se convierten en una forma de construir familia y afecto sin las exigencias de la paternidad tradicional.

Sin embargo, los especialistas advierten que, aunque el vínculo sea beneficioso, es importante no humanizar en exceso a los animales. Los perros necesitan espacio, ejercicio y estímulos propios de su especie. Un cuidado responsable debe equilibrar el afecto con el respeto por su naturaleza.

El amor hacia los animales refleja una evolución emocional y ética. Cuidar de un perro no solo satisface una necesidad de compañía, sino que también refuerza valores como la empatía, la solidaridad y la conexión con otras formas de vida. En un mundo cada vez más individualista, los perros se consolidan como un puente entre los humanos y la ternura que muchas veces falta en la rutina diaria.

Fuente: Noticias Ambientales

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