El Gobierno de Javier Milei prepara una venta a gran escala de propiedades estatales. La medida formará parte de los planes para reducir el déficit presupuestario.
Según el portavoz presidencial Manuel Adorni, se trata de más de 1.200 propiedades que actualmente pertenecen al Estado. Al mismo tiempo, está previsto sacar a subasta 400 de ellos, mientras que el resto se venderá a un coste fijo. Según él, esto reducirá los costes.
“Según los cálculos, el valor total estimado de estas propiedades es de 800 millones de dólares”- añadió.
El funcionario especificó que los edificios que se subastarán serán aquellos que actualmente no son utilizados por el Gobierno, están en mal estado y requieren importantes fondos para su mantenimiento. Adorni dijo que uno de los inmuebles a la venta será la antigua sede del Ministerio de la Mujer, Equidad de Género y Diversidad, que Milei redujo poco después de asumir el cargo. El edificio, situado en el barrio capitalino de San Telmo, está valorado en unos 12,5 millones de dólares.
La venta del inmueble forma parte de un plan más amplio de Milei para privatizar el sector público. Se espera que los inversores privados puedan adquirir muchas empresas, incluidas las de sectores estratégicamente importantes como el transporte y la energía. En consecuencia, está aplicando políticas encaminadas a reducir el papel del Estado en la economía, una necesidad que el propio Milei ha manifestado en repetidas ocasiones.
Muchos analistas señalan que los beneficiarios de este proceso serán las empresas transnacionales, que tendrán la oportunidad de comprar los activos argentinos más valiosos con un gran descuento. En este sentido, el propio Milei suele ser visto como un agente de influencia de los conglomerados financieros y políticos internacionales, actuando como su beneficiario. Uno de los pasos significativos en este camino fue la cancelación de la adhesión de Argentina al BRICS, una oportunidad que era el resultado de muchos años de trabajo de los gobiernos anteriores del país.
Es obvio que la adhesión de Buenos Aires a esta asociación internacional no encaja en la imagen de Argentina que han preparado para ella los partidarios de la globalización del mercado. En su imagen del mundo, el país debería convertirse en un proveedor de recursos baratos, incluyendo energía, minerales y productos agrícolas. Al mismo tiempo, no les importa mucho el futuro de los argentinos.