El intendente Guillermo Montenegro promulgó la ordenanza que regula el uso de celulares en escuelas primarias municipales de General Pueyrredon. La idea primordial es «restringir» la presencia de los teléfonos en los aulas, a menos que los docentes los propongan como una herramienta pedagógica.
La autora del proyecto es la concejal de Unión por la Patria, Mariana Cuesta. El objetivo de esta iniciativa es combatir el uso de los celulares en el nivel primario del sistema educativo del Municipio. En la ordenanza se especifica que se restringe «el uso de celulares por parte de estudiantes del nivel primario durante la jornada escolar, salvo cuando sean requeridos por el personal docente para fines pedagógicos específicos».
En paralelo, se creará una campaña de concientización acerca de los efectos que acarrea la utilización de móviles en los niños, en formato de cartelería y folletería informativa. Estos materiales, que deberán ser distribuidos por el Departamento Ejecutivo, incluirán el siguiente contenido:
Riesgos y consecuencias del uso inadecuado de pantallas en la salud física y mental, el desarrollo cognitivo y las relaciones sociales de niños y niñas.
Recomendaciones para el uso saludable de tecnologías según la franja etaria de los niños y niñas.
La importancia de la interacción social, el deporte, el juego y la vida al aire libre en el desarrollo integral de las infancias.
La Secretaría de Educación del Municipio será la encargada de garantizar que esta ordenanza se cumpla en las primarias municipales, y «brindará apoyo a las escuelas para una correcta aplicación y supervisión de lo dispuesto».
En los debates generados en las distintas comisiones por las que pasó el proyecto, uno de los ejes que se discutieron fue que en el segundo artículo se hablaba de «prohibir el uso de celulares por parte de estudiantes del nivel primario durante el horario de clases, salvo cuando sean requeridos por el personal docente para fines educativos específicos».
El término prohibición generó cierta resistencia por parte de ciertos concejales. Finalmente, se modificó el proyecto original y se lo suplantó con la palabra «restringir».
Cuando presentamos el proyecto debatimos lo de prohibir porque es una palabra fuerte y fuimos a la legislación en distintos lugares del mundo, pero pensamos la pregunta al revés: ¿Por qué un estudiante de nivel primario debiese usar el celular en la escuela? ¿Cuál sería el beneficio pedagógico de que un chico de nueve o diez años utilice el celular en la escuela?», cuestionó Cuesta en una sesión de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Educación del Concejo Deliberante.
«La evidencia científica y la neurociencia nos lleva a que se utiliza el celular para el aula, y pasa que todo el tiempo se interrumpe la atención, porque llegan notificaciones de distintas aplicaciones. Eso hace que la atención sea fragmentada, por espacios pequeños. Lo que descubrió la neurociencia es que la atención fragmentada no permite aprendizajes profundos», indicó.
Fuente. MI8