El entomólogo Darío Porrini detalló a Mi8 de qué se tratan estas moscas de la familia Ephydridae.
Algunos de los días de temperatura agradable en Mar del Plata trajeron también la presencia de una importante cantidad de mosquitos que, como en cada ocasión en la que aumentan algunos grados, se presentan de manera voluminosa en diversos puntos de la costa de la ciudad.
A raíz de algunas imágenes compartidas por vecinos en la zona costera, Mi8 le consultó al entomólogo Darío Porrini acerca de la invasión de estos mosquitos: qué especie son, en dónde se presentan y qué recomendaciones hay para evitar cualquier tipo de riesgo.
Aseguró el especialista a este medio que se trata de «Moscas de las riberas», o también llamadas «de las orillas». Son moscas de la familia Ephydridae «que se crían en charcos de agua dulce o de agua salobre. Muy probablemente estas especies se crían ahí, en el entorno inmediato de la ciudad de Mar del Plata. Puede ser en los charcos de agua salada que quedan sobre las rocas en en la costa».
«Creemos que se crían en esos lugares estas moscas. Todavía me queda pendiente lograr identificarlas y saber exactamente de qué especie se tratan, porque hay más de una especie en eso que vemos como moscas», deslizó Porrini en relación a la acumulación de estos bichitos.
En esa línea, agregó que este conjunto de especies se presentan en diferentes tamaños: «Algunas se ven más numerosas, unas de tamaño mediano, de un centímetro, algunas más grandes y otras más chiquitas, todo junto en esa masa de moscas. Todas las podríamos incluir dentro de este grupo llamado ‘Moscas de las riberas'».
Por otra parte, Porrini despejó dudas y aseguró que «estas moscas no representan ningún riesgo para nosotros. Pueden llegar a entrar a las casas atraídas por las luces, pero no son moscas que suelan buscar nuestro alimento. Son una fuente de alimento para un montón de otros animales».
De igual manera, el entomólogo recomendó, sobre todo «a los ciclictas y visitantes de la costa», tratar de circular «cubiertos, con lentes o alguna otra barrera física -un cuello, por ejemplo-,», porque cuando pasamos cerca de uno de estos enjambres «pegan un vuelo corto y pueden entrar sin querer en los ojos o la nariz».
Fuente: Mi8