Los datos surgen de una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo de la provincia. Además, siete de cada dies usan herramientas de IA de forma habitual. Qué dicen los especialistas
Decenas de preguntas se originan a partir de la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en lo cotidiano. Varias de ellas, realizadas en forma de encuesta, por la Defensoría del Pueblo de la Provincia, que revela que seis de cada diez personas consideran que el Estado debería regular este fenómeno. En esa línea, casi un 30% de los consultados señaló haber tenido experiencias negativas con la IA.
Sin embargo, a decir verdad su uso es constante. Según informó la Defensoría en un comunicado, entre los resultados de la encuesta se registró que siete de cada diez personas usan habitualmente herramientas de inteligencia artificial: un 31% lo hace todos los días y un 40% algunas veces por semana.
En este marco, el especialista Jonathan Aguirre, doctor en Educación y referente del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades, explicó a Mi8 que «ante lo desconocido y el avance tecnológico, la primera reacción siempre es la de regular, tratar de contenerlo para que produzca los menos cambios posibles».
Asimismo, el especialista subrayó la necesidad de que la IA «esté al servicio del hombre, de la humanidad», y destacó que las regulaciones deben tener en cuenta los posibles riesgos laborales. «Si la inteligencia artificial va camino a reemplazar mano de obra, puede reducir los costos de las empresas, pero también dejar a muchos trabajadores desocupados«, advirtió.
«El Estado es importante no como un ente que coerciona libertades o regula la vida de sus ciudadanos, sino que con las regulaciones o las pequeñas regulaciones debería procurar el cuidado de de los seres humanos que contiene ese estado, y el secreto está en regular los excesos, habilitar procesos de aprendizaje empáticos, emocionales y que cuiden la condición humana», ratificó a este medio.
La IA y su impacto en la educación
Otro de los aspectos cruciales de la integración de la IA en la sociedad es su impacto en el sistema educativo. En este ámbito, Aguirre destacó que las universidades y otras instituciones educativas continúan con el desarrollo de protocolos de uso específicos para herramientas como ChatGPT, con el fin de evitar el plagio y el uso indebido de los recursos. A su juicio, la IA presenta una oportunidad para repensar los métodos de evaluación y enseñanza, pero también plantea el desafío de adaptar las formas de aprendizaje a los nuevos tiempos.
Asimismo, Aguirre aseguró que «la inteligencia artificial nos invita a repensar y enriquecer nuestras formas de evaluar los contenidos y de proponer el uso de la inteligencia artificial en la educación». En este sentido, enfatizó que la clave está en encontrar un equilibrio entre la utilización de la IA para facilitar ciertos procesos automáticos y el cuidado de los aspectos más humanos de la enseñanza y el aprendizaje.
Por último, Aguirre destacó a Mi8 que en el caso de los niños y adolescentes, «la regulación de la inteligencia artificial tiene que ver con en el marco de un proceso pedagógico o de un resguardo de las mínimas condiciones de aprendizaje y de enseñanza».
En esa línea, concluyó que todo lo que tiene que ver con la «facilidad de los automatismos es bienvenido», para que la inteligencia artificial «nos deje ocuparnos de las cosas esenciales del proceso de enseñanza y de aprendizaje y que no nos quite tiempo».
Encuesta sobre la IA: más datos
En la encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo se observó una utilización fuertemente orientada a fines productivos y formativos, con un 26,6% que la emplea para trabajo o tareas profesionales y un 25,8% para estudio o aprendizaje. Le siguen las consultas personales informales –20,7%-, las consultas sobre salud o bienestar –12,6%– y para entretenimiento –12,4%-.
La mayoría de las personas encuestadas evalúa su conocimiento en el uso de IA en un nivel medio –39,51%-, es decir, utilizan algunas herramientas pero sin conocer en profundidad todas sus funciones o potencialidades, y ChatGPT es, por amplio margen, la herramienta de inteligencia artificial más utilizada –36,4%-.
Al preguntar por los sentimientos que genera la IA, un 75% fueron positivos: produce curiosidad, entusiasmo y confianza, mientras que los negativos fueron mucho menos, un 22%, conformados entre otros por la desconfianza y la indiferencia.
En cuanto a qué opinan de esta herramienta, un 23,3% considera que sirve para ahorrar tiempo y un 21,2% que mejora la productividad en el trabajo o el estudio, pero en tercer lugar, con un 19,2%, aparece una visión más crítica: que la IA genera mayor dependencia tecnológica.
Fuente: Mi8








