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A un año de Argentina campeón, cómo lo vivieron los marplatenses

Con las manos de nuestro “Dibu” Martínez, el fútbol de Messi y Di María, la planificación de Scaloni y el aliento de todo un pueblo, volvimos a ser campeones después de México 86.

En familia, con amigos y hasta de viaje. Experiencias increíbles de disfrute y sufrimiento al compás del fútbol de nuestra Selección. Y recuerdos que serán imborrables

Lucas, un vecino del barrio San José, contó que “la final la vi con mi hija, que en ese momento tenía 4 meses y la madre, los tres envueltos en bandera. Fue muy emocionante todo”.

La experiencia de Agustín, nacido en 1986, fue inolvidable por donde se la analice ya que el partido lo encontró de viaje en Buenos Aires celebrando la recibida de una amiga y el cumpleaños de otra.

Vieron el partido en el hotel, a seis cuadras del Obelisco y después se fueron a festejar al centro nacional de las celebraciones. “Fue una locura de gente. Inexplicable, terrible. No me quería ir más, pero hacía mucho calor. Todos llegaban y nosotros nos íbamos”, comentó.

José, que lo vivió con amigos y su pareja, tuvo que ponerse a cebar mate cuando Francia hizo el 2-1. Si bien recién habían almorzado, había que respetar la cábala que comenzó en el partido con México, que venía complicado hasta que Messi hizo el primer gol, justo cuando el agua caía sobre la yerba…

Los Stach vieron la final en living. Estaban Juan, Valen, Flor y Germán. «Nuestra cábala era no hacer nada igual al partido anterior». Espectacular. «Después de los penales fuimos a Canal 8 a festejar con mi primo y mis tíos.

Barbara tiene 28 años y vio a la selección ser campeona por primera vez en su vida. Este Mundial la encontró viviendo otra vez en la ciudad y pidiendo disfrutarlo en familia, aunque el fútbol no le llama la atención. “Esto era distinto. La Selección Argentina logró que me pueda sentir parte. Fuimos a lo de mis viejos. Lo disfruté con mi abuela, con mi novio, con mis primas que son chicas”, recordó la periodista.

“Me quedó grabado verlo a mi papá nervioso, iba y venía. Y mi mamá que no quería ver nada, estaba en el balcón. Festejamos con los vecinos y después nos fuimos al monumento, queríamos encontrarnos con los amigos, pero no había señal”.

Laura lo vivió con amigos. “Fuimos a la casa de Diego y Mónica, también estaba su mama que había venido de España, y su tía. Éramos como 14 o 15. Compartimos un asado, y lo vivimos con nervios porque íbamos ganando y nos empataron. Tratamos de mantener los lugares. Fue muy linda la experiencia de vivirla todos juntos. Los penales fueron tremendos, nos quedó un recuerdo hermoso del penal de Montiel y los abrazos, los llantos, lo cuento y se me pone la piel de gallina”, contó.

Luli, Jime, Seba, Mechu, Vicky y Rochi son los seis hijos de Marcela. Muchos viven fuera de Argentina, pero para este momento especial pudieron coincidir en Buenos Aires y vieron el partido en un bar en la esquina de la casa de Sebastián.

El lugar, según Marcela, “estaba lleno” y pudieron “compartir la misma pasión con gente que no conocíamos. Fue algo increíble”. Pero el condimento especial en esta historia lo puso Matt con su presencia. Es el yerno de Marcela, un estadounidense que “no lo podía creer” y que “lo vivió como un argentino más. Estaba emocionadísimo”.

En pleno Mundial, a Germán le tuvieron que hacer una operación de urgencia y se perdió la mitad por estar internado. Por suerte, para la final tuvo el alta y contó que «toda la familia estaba ansiosa y tratando de cumplir las cábalas. Los penales fueron un tema aparte, porque algunos los querían ver y otras no. El sufrimiento fue muchísimo y como la señal tenía unos segundos de retraso, ¡nos enteramos por los vecinos que habíamos ganado!».

Fuente: Ahora Mar del Plata

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