Ya pasó casi la mitad del año y siguen en crecimiento las “fiestas tóxicas” que se realizan de manera espontánea en plazas públicas, con enorme afluencia de adolescentes y jóvenes que concurren para escuchar música y bailar, pero también para consumir alcohol y todo tipo de drogas. Una organización civil advirtió, en ese sentido, que hay unos 1.500 encuentros de estas características cada fin de semana en plazas del país.
“En muchas de estas fiestas las derivaciones son realmente problemáticas, porque se cuentan situaciones de sobredosis por el exceso total en el consumo, con hospitalizaciones de los pacientes cuyas vidas corren serio riesgo, pero también hay casos de abusos sexuales, con mujeres victimizadas a partir del alto grado vulnerabilidad que presentan», señaló Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.
«Las peleas son un lamentable clásico, con heridos y fallecidos. Antes, estas fiestas eran parte de la previa de los boliches, pero ahora las plazas públicas son usadas como discotecas al aire libre. Y los narcos aprovechan para hacer su negocio”, aseguró Izaguirre.
El especialista explicó que “el fenómeno fue creciendo en 2023, a este punto triste de una actualidad con más de 1.500 fiestas tóxicas cada fin de semana en plazas de todo el país”. Y luego precisó: «Hace poco, estuve en el pueblo santafesino de Cañada Rosquín, lugar conocido porque allí nació el músico León Gieco, y pude ver cómo se desarrollaban lo que llaman ‘bajadas’, que son encuentros en plazas de jóvenes, que llevan música, alcohol y drogas”.
“Esto pone en evidencia la necesidad urgente de trabajar para prevenir situaciones que ya no pueden repararse, como muertes traumáticas por sobredosis, peleas y otras cuestiones. Las denuncias que recibimos de ciudadanos de cada rincón del país que reclaman porque las plazas se llenan de jóvenes y de narcos que venden sus mercancías no se detienen. Llegan cada semana a nuestra asociación, y son pedidos desesperados, donde nos cuentan tragedias”, dijo Izaguirre.
El consumo de alcohol y drogas es una de las principales características de las «fiestas tóxicas».
Tal es el caso de un grupo de vecinos de la Plaza Atalaya, entre las calles Cristianía y Jean Jaurés de la localidad bonaerense de Isidro Casanova. “Nos refieren que. desde hace alrededor de un año, cada fin de semana hacen denuncias porque el espacio público se llena de jóvenes que consumen alcohol y drogas. Tienen filmaciones, ellos mismos intentaron todas las formas posibles de hacer prevención, pero las fiestas se siguen realizando en la plaza. Ya pasaron muchísimas situaciones violentas», detalló el especialista.
«Nos cuentan también que la plaza fue totalmente reformada, que había quedado preciosa, y lamentablemente la vienen destrozando con las fiestas. Y le suman el altísimo nivel de la música, que no pueden dormir, los gritos, autos y motos que cruzan por el espacio público. No pueden vivir más así. Lo que ocurre allí se repite en centenares de espacios del país”, continuó Izaguirre, tras ratificar que en el contexto de las «fiestas tóxicas hay situaciones de abusos sexuales de chicas, menores o muy jóvenes, ya que consumen alcohol y diversas sustancias, su vulnerabilidad es extrema y allí resultan vejadas, en ocasiones por varias personas”.
No es todo. “Las peleas que se producen son salvajes, de puño, pero también con armas blancas o directamente de fuego. Y el tema gravísimo de las sobredosis, con personas fallecidas”, resumió Izaguirre.
Fuente: Diario Popular
