De los 5,75 gramos diarios recomendados por la OMS, en el país se consumen 11 en promedio. Los especialistas advierten que aproximadamente el 60% de las personas que sufren de hipertensión arterial son sensibles a la sal y que los alimentos light o bajas calorías no necesariamente son libres de sodio
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la mayoría de las Sociedades Científicas Nacionales e Internacionales recomiendan no consumir más de 5.75 gramos (gr) de sal al día. Sin embargo, el consumo promedio de la Argentina es de 11 gr/día (entre 9.8 y 12.7 gramos), posicionándola entre los países con mayor consumo de sal de América.
La doctora Carol Kotliar es directora del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral y explicó que «aproximadamente el 60% de las personas que sufren de hipertensión arterial son sensibles a la sal, es decir que, al ingerir sodio, sufren un aumento de la presión arterial». Y agregó: «Si bien es cierto que 4 de cada 10 personas pueden ser resistentes a la sal y no necesitar una restricción importante de este elemento, también es real que para identificar a estas personas se requieren métodos diagnósticos que aún son complejos, y por eso es fundamental la prevención y la concientización».
Cada gramo de sal contiene 400 miligramos (mg) de sodio y 600 mg de cloruro. Debido a que el límite de sal recomendada es de 5.75 gr, se trata de 2300 mg de sodio, el equivalente a una cucharada de té al ras.
Los principales alimentos con sal oculta son los panificados, galletitas saladas y dulces, golosinas y tortas, además de los quesos, inclusive los light
Kotliar explicó que «muchas personas hacen un esfuerzo y logran modificar saludablemente su estilo de vida reduciendo o normalizando el consumo de sal que agregan a los alimentos a menos de esas medidas. Sin embargo, aún persisten en la línea de riesgo debido a que, sin saberlo, consumen ‘sal oculta'».
Los principales alimentos con sal oculta son los panificados (pizzas, galletitas saladas y dulces, facturas, golosinas, tortas). Además de los quesos, inclusive los light. «Debemos tener cuidado al elegir alimentos que impresionan por ser saludables o de bajas calorías, dado que muchas veces se reemplaza la reducción de hidratos de carbono por sal para saborizar», agregó la especialista.
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Existe una opinión generalizada que asegura que disminuir excesivamente el consumo de sal también es riesgoso para algunas poblaciones. Frente a ello, la especialista especificó que «los detractores de la reducción de sal basan sus argumentos en la estimulación hormonal, la insulino resistencia y la fatiga asociadas a muy bajas ingestas de sal. Por esto, la justa medida es lo más aproximado a la recomendación entre mito y ciencia, es decir, 5 gramos para aquel sin enfermedad cardiovascular es una solución equilibrada y segura».
¿Y si se consume más potasio?
Muchos científicos afirman que el problema no es la sal sino el potasio. En los Estados Unidos, por ejemplo, el 97% de los americanos tienen déficit de potasio en su alimentación. El requerimiento diario de potasio es entre 4000 y 5000 mg. «Probablemente reemplazar la sal de mesa por una sal compuesta de potasio sea una opción adecuada. También se puede optar por agregar 5 porciones diarias de alimentos ricos en potasio como la calabaza, las batatas dulces, la espinaca cocida u otros como las avellanas, el pistacho, la palta o el salmón», finalizó la especialista.
Fuente: Infobae








