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Con gran fervor, una multitud rezó por el eterno descanso del Papa en la Iglesia Catedral

En el día de su funeral en Roma, se celebró una Misa por el Papa Francisco en la Catedral.


Una vez más tras la multitudinaria Misa celebrada el día de la partida física del Papa Francisco, la Catedral de Mar del Plata se vio colmada de fieles en la mañana del sábado, en una nueva muestra de afecto de todos los sectores de la sociedad al último sucesor de San Pedro.

En esta ocasión, la Eucaristía que presidió el obispo monseñor Ernesto Giobando sj. en el día del funeral la sepultura del Papa en Roma, contó con la presencia de diversas autoridades, destacándose la de varios intendentes, legisladores, representantes de las Universidades, de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, y de otros Credos.


El Prelado destacó que “Francisco nos recordó el pedido de Jesús de ir por el mundo entero llevando el Evangelio, que son las palabras que se proclamaron recién, y son las que yo elegí también para el lema de mi ministerio episcopal, porque hay que salir, hay que ir por el mundo: el mundo de las relaciones más íntimas como también el mundo de las relaciones sociales.”


Seguidamente remarcó que “en las oraciones de esta Misa pedimos repetidas veces que el Señor tenga misericordia de Francisco, y él mismo dijo ser un pecador a quien el Señor ha mirado con misericordia” y leyó un relato testimonial de Francisco que recuerda el día en el que en la Parroquia San José de Flores, el día de la festividad de San Mateo “entró en la misericordia de Dios.”


El Obispo expresó que “ya he hablado yo del Papa en la Misa del lunes y también en la sesión del Concejo Deliberante, por lo que hoy les propongo que dejemos que hable él a través de algunas citas que escogí para que resuenen en cada uno de nosotros en este día.”


Tras esa introducción, diversas expresiones del magisterio de Francisco llegaron una vez más al corazón de todos, con la intención de que “su vida, su mensaje y sus gestos nos ayuden a encontrar el camino para hacer de este mundo un lugar mejor en el que nadie quede afuera”, tal como expresó monseñor Giobando en la conclusión de su homilía.

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