A la menor, nieta del asesino, le correspondería lo mismo que a las otras dos hijas de Juan Manuel Santurian. Su mamá, ex del empresario asesinado e hija del homicida, debería administrar su parte hasta que cumpla 18
El martes por la mañana una sobrina deJuan Manuel Santurian (64), uno de los dueños del clásico restaurante marplatense Manolo, atravesó caminando el garage del edificio Boghoss II, en el que también tenía un departamento su tío. A mitad del recorrido vio sentado en el interior de su Peugeot Partner blanca a Miguel Ángel García (70), ex suegro del empresario gastronómico, y lo saludó con un «buen día». Él, que estaba con la puerta de su camioneta abierta, devolvió el gesto.
En su testimonio la mujer aseguró que no notó nada raro, sin embargo es probable que García haya sido un enjambre de nervios en aquel momento. Quizás el ver que la silueta que se dibujaba en la penumbra no era la de su víctima, fue lo que lo tranquilizó. Lo que lo hizo devolver el saludo al pasar de la sobrina de Santurian, como si fuera un día cualquiera, como si no estuviera por cometer un crimen.
Santurian participó de la construcción del Boghoss II, ubicado en la zona de La Perla, un condominio donde cada departamento cuesta alrededor de 300.000 dólares. Se quedaba ahí cada vez que dejaba el local de Manolo en Miami y tenía que pasar algunas semanas en Mar del Plata, por lo general cumpliendo con las obligaciones de ser uno de los principales responsables de la empresa familiar. En el edificio vivía también su ex suegro, García.
En el subsuelo del edificio, el lugar en el que García asesinó el martes pasado a Santurian y luego se quitó la vida, hay instaladas varias cámaras de seguridad. Pero según le explicó a Infobae el fiscal de la UFI Nº5, Alejandro Pellegrinelli, los dispositivos apenas captaron «fracciones de imágenes». Cuerpos a medias, manchas borrosas moviéndose a lo lejos. El material sirvió sin embargo para confirmar algunas hipótesis de los investigadores.
Las cámaras permitieron definir que solo hubo dos personas en la cochera. También que a la llegada de la víctima (Santurian) el atacante (García) salió vertiginosamente a su encuentro. El resto de la historia lo contó la escena del crimen: el cadáver del empresario gastronómico con tres disparos en su cuerpo y su ex suegro con uno autoinflingido a la altura del corazón que le destrozó la cavidad cardíaca.
En 1930 Manuel Benito fundó el primer restaurante Manolo en Burgos, España, sin imaginar que su historia se escribiría al otro lado del Atlántico. La Guerra Civil lo hizo escapar de Europa hacia América del Sur e instalarse en Montevideo, Uruguay, donde el primer local estuvo emplazado en el Parque Rodó. Desde ese momento la marca comenzó a expandirse hasta llegar en los 80 a Mar del Plata, donde se convirtió en un clásico de la ciudad y en un imperio comercial.
Ahora tras la muerte de Santurian, uruguayo y nieto directo del fundador de la marca a pesar de los cruces y los cambios de apellidos, su parte deberá dividirse entre sus herederas. Una parte millonaria, que se cuenta en acciones, propiedades y claro, un lugar de privilegio dentro de la empresa familiar.
La otra parte importante del universo Manolo está en poder de su hermana, Claudia, casada con Avedis Haig Sahakian, también uruguayo, aficionado a los veleros y a la navegación. Desde que Juan Manuel se instaló en Miami, Sahakian se convirtió en la cara visible de la empresa en Mar del Plata.
En ese marco crece en importancia un detalle que a pesar de toda la exposición mediática y las conjeturas permanece oculto. Pero que se comenta por lo bajo y hace que ya se estén moviendo engranajes en los estudios de abogados del grupo Churros Manolo S.R.L.: la existencia de una tercera hija de 14 años del empresario asesinado.
La primera esposa de Juan Manuel Santurian, «El Colo» como lo conocían puertas adentro de sus locales, fue Lucía Balian. Con ella tuvo dos hijas, Carolina y Natalí, ambas hoy de más de 30 años y que viven en Miami. Santurian y Balian se separaron cuando apareció en la vida del empresario Romina García, una empleada de Manolo, varios años más joven que él, hija de quien terminaría siendo su asesino.
Al menos Carolina, la mayor de las dos hijas que Santurian tuvo con Balian, egresada de la Mar del Plata Day School al igual que su hermana, amante incondicional de los perros, administraba junto a su padre Churros Manolo en la ciudad norteamericana. El restaurante se había convertido en un punto de encuentro para los argentinos, especialmente durante los partidos del Mundial de Brasil 2014 y de Rusia 2018.
Pero Carolina y Natalí no están solas en la línea de descendencia. Fuentes del círculo íntimo de la familia le confirmaron a Infobae que hace 14 años el empresario tuvo otra hija, de la que este medio se reservará la identidad por tratarse de una menor de edad, producto de la relación con Romina García. Fuentes en los Tribunales de Mar del Plata confirmaron la versión. Una adolescente de bajo perfil, a la que le correspondería lo mismo que a sus hermanas.
«Los hijos tienen todos iguales proporciones de la herencia y el mismo derecho a sucederlo, sin importar quiénes sean las madres», precisó en diálogo con Infobae la abogada marplatense, especialista en derecho de familia, Noelia Kywatyniec.
Que según explicó, a partir de la normativa argentina solo hay dos casos en los que un hijo podría no acceder a su derecho de sucesión: «Si atentara contra la vida de su padre o lo que en el derecho se llama ‘ingratitud’, es decir, haber abandonado por cuenta propia el estado de asistencia que ese padre debe dar».
La ley también permite renunciar al derecho. «Es muy común que los hijos digan ‘esa persona me abandonó cuando yo lo necesité y yo ahora no quiero nada de esa persona'», graficó al respecto la especialista, aunque agregando que no es la única forma de hacerlo.
«Suele ocurrir que las personas terminan firmando un acuerdo por fuera con los otros herederos, es muy usual sobre todo en esos casos en los que las partes quieren darle distintos fines a eso que se hereda, entonces ponen un precio a cambio de esa renuncia», detalló Kywatyniec.
En el caso de la tercera hija de Santurian, hasta que cumpla la mayoría de edad deberá ser su madre, Romina García, ex pareja del empresario e hija de quien lo asesinó, quien administre su parte. «Como representante legal deberá ser parte del expediente junto a la Asesoría de Menores e Incapaces, entidad que tutela los intereses del menor más de los que pueda tener su madre», aclaró en ese sentido la abogada.
Miguel Ángel García se llevó a la tumba la razón por la que mató a balazos el martes pasado en el entrepiso del Boghoss II a Santurian. Algunos allegados al empresario, que prefirieron no dar a conocer su identidad, hablaron de una nueva relación con una mujer, la que pudo haber despertado la ira del hombre de 70 años.
No sería extraño. Fuentes judiciales precisaron que son muchos los casos en que se terminan cerrando las causas sin haberse podido definir un móvil. Ahora tras la conmoción del primer momento, con la víctima y su asesino muertos, hecho que extingue la acción penal, los problemas parecieran quedar del lado de sus familiares.
Fuente: Infobae