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Denunció 11 veces a su ex por violencia y no recibe ayuda: “Vivo encerrada y con miedo”

“Tengo 29 años, pero no tengo la vida de una chica de 29 años”. Melina Cruz fue golpeada varias veces y hasta atacada con un cuchillo. La Justicia no le da ninguna solución. El acusado, Lucas Ezequiel Grippo, sigue amenazándola de muerte.

“Tengo 29 años, pero no tengo la vida de una chica de 29 años”. Melina Cruz denunció a su expareja por violencia de género 11 veces en los últimos siete años. Fue golpeada varias veces y hasta atacada con un cuchillo. La Justicia no le da ninguna solución. El acusado, Lucas Ezequiel Grippo, sigue amenazándola de muerte.

 “Él es el papá de mi nena, que hoy tiene seis años. Nosotros estuvimos juntos sólo cinco meses hasta que decidí separarme cuando estaba embarazada. Primero hubo violencia psicológica hasta que un día me pegó y lo dejé. Ahí empezó este calvario», contó Melina a TelefeNoticias.com.ar.

«Mientras estaba embarazada, me mandaba amenazas de muerte por mensajes de texto y teléfono. Me dijo que mi hija y yo vamos a aparecer en una bolsa o con un tiro en la cabeza. El 18 de octubre del año pasado, me cortó los brazos y el abdomen con un cuchillo, y me dio golpes de puño», relató la mujer.

Cuando llevaba tres denuncias hechas, Melina recibió la primera respuesta de la Justicia, una orden perimetral: “La desobedece. También manda a terceros. Una vez, yo estaba con la nena y vinieron tres tipos y empezaron a pegarme, mientras él estaba sentado en el auto».

Me dijo que mi hija y yo vamos a aparecer en una bolsa o con un tiro en la cabeza.

Después de seis años, le dieron un botón antipático. Se trata de un contacto en el celular al que, si está en la calle y se encuentra en peligro, tiene que enviar un mensaje de texto diciendo dónde está y qué es lo que le estaba pasando. “No funciona, yo cuando lo veo me obnubilo, nunca pude mandar el mensaje”, dijo Melina.

Y aseguró que no recibe respuesta de la UFI Nº 13 de La Plata, a cargo de la fiscal Mariana Ruffino: “No puede ser que no esté detenido, que no estén haciendo nada, que no me den solución. La semana pasada cuando fui a la Fiscalía me dijeron que la fiscal estaba de licencia así que ni me atendieron. Y como la UFI es la única en La Plata que trata violencia de género no hay dónde puedan derivar mi caso y el de otras tantas chicas”.

“Ya no sabemos cómo encontrar una solución a esto. Estuvo detenido cinco días y lo liberaron. Tiene su vida normal, es trabajador municipal. Él sigue caminando por la calle tranquilo y las que estamos encerradas somos nosotras”, dijo Melina.

Él sigue caminando por la calle tranquilo y las que estamos encerradas somos nosotras.

Ante la impotencia de no encontrar ayuda ni forma de sentirse segura, la familia de Melina, con mucho esfuerzo, contrató hace tres años una custodia privada. “Era una mujer que me acompañaba a todos lados. Estuvo un tiempo, pero después no pudimos pagarle más. Yo estoy acompañada las 24 horas por mi familia. Mi mamá me acompaña hasta a hacer los mandados, pero ella también tiene miedo de que nos pase algo cuando salimos. Corremos peligro la nena y yo”, dijo la joven.

Melina vive día a día con miedo y resignando muchas cosas en busca de sentirse a salvo: “Perdí muchas cosas a lo largo de todo este tiempo. Estoy abocada a la nena, a tratar de que ella no note lo que pasa. Pero todo esto me provocó un desgaste psicológico. Estoy con asistencia psicológica porque tengo depresión, ataques de pánico. Vivo encerrada y con miedo, nos intiman hasta en mi propia casa. El sábado a las cuatro de la mañana nos tiraron una piedra en una ventana”.

Al ser consultada sobre las cosas que perdió en los últimos años por vivir así, como el hecho de poder ir a trabajar, juntarse con sus amigos o salir a la calle libremente, Melina dijo: “Esas cosas ya las descarté para mí. Hasta perdí contacto con muchos amigos, algunos se alejaron porque tenían miedo que les pase algo si estaban conmigo. Otros vienen a visitarme, pero estar encerrado no es lindo para nadie”.

Después de 7 años, 11 denuncias y ninguna solución efectiva, Melina ya no sabe qué más hacer ni a quién recurrir: “Estoy agotada, denuncias ya no hago más.Estoy recurriendo a los medios y esperando una respuesta de la Fiscalía. Muchos me dicen que tengo que irme de acá porque me va a pasar algo. Pero acá tengo a mi familia, tengo todo, no es justo. El que se tendría que ir es él».

Fuente:
https://telefenoticias.com.ar

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