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Diez errores que no debés cometer cuando viajás

Al mejor cazador se le puede escapar la liebre. Aunque uno sea un viajero frecuente y experimentado, no se está exento de cometer uno de esos errores u omisiones que pueden enturbiar o, en el peor de los casos, arruinar un viaje.

Al mejor cazador se le puede escapar la liebre. Aunque uno sea un viajero frecuente y experimentado, no se está exento de cometer uno de esos errores u omisiones que pueden enturbiar o, en el peor de los casos, arruinar un viaje. Puede ser por distracción u olvido entre tantas reservas y pagos o simplemente por desconocimiento de un tema que no se conoce en profundidad.

Algunas de las principales agencias de viaje de nuestro país, como TTS Viajes, Despegar, Almundo y Avantrip relevaron las equivocaciones más frecuentes que cometen los viajeros, por las que los llaman desesperados en busca de ayuda. Equivocaciones que pueden evitarse y que una vez cometidas, muchas veces no tienen solución sin un gasto extra abultado que seguramente desequilibrará el presupuesto.

En este ránking de los errores más habituales, los problemas con las reservas de pasajes aéreos y los vuelos son los dominantes y también los que más dolores de cabeza traen: son difíciles de solucionar y generalmente son muy costosos.

1. Ir a otro aeropuerto

En ciudades donde hay varios aeropuertos, como Nueva York o París, una confusión habitual es ir justamente a aquel desde done no sale nuestro avión.

Se da por sentado que el vuelo será desde el mismo aeropuerto donde días antes se aterrizó o, en todo caso, el que uno conoce, si no se sabe de la existencia de los demás. Puede ocurrir incluso en el propio país: un buen ejemplo es cuando un vuelo a alguna provincia sale de Ezeiza y el porteño va, confiado, derecho a Aeroparque.

En los vuelos con conexiones es común que se aterrice en un aeropuerto y el avión siguiente salga de otro, especialmente si los pasajes se compraron con reservas diferentes, así que atención con el tiempo para trasladarse de una terminal a la otra.

Las aerolíneas low cost generalmente utilizan aeropuertos alternativos, no tan conocidos, como el nuevo de El Palomar. Por las dudas nunca hay que decirle al chofer del taxi simplemente “Voy al aeropuerto”, sin especificar cuál.

2. Sucumbir a la hora crítica

No ocurre a las ocho de la mañana ni a las cuatro de la tarde. Un error habitual es confundir el horario de un vuelo, cuando la salida es puntualmente a la medianoche… o minutos después. ¿Será la Hora de las Brujas? Por ejemplo, un vuelo que sale el 23 de mayo a las 00:15 y el pasajero se presenta en el aeropuerto el 23 de mayo a la noche, cuando en realidad tiene que llegar para embarcar la noche del 22 de mayo. De paso, recordemos estar atentos a que los horarios en los pasajes se expresan con el sistema AM-PM.

3. No tener en cuenta los cargos extra

Las aerolíneas low cost y también muchas compañías tradicionales cobran cargos extra por el equipaje. En el momento de hacer la reserva es necesario confirmar si el pasaje que compramos incluye el despacho de la valija a bodega de manera gratuita o no.

Si no lo incluye es conveniente pagar por la valija en el mismo momento de hacer la reserva, porque hacerlo después o en el aeropuerto es mucho más caro y puede llegar a costar el doble. Incluso también hay aerolíneas low cost, como Ryan Air, en Europa, y Flaybondi y Jetsmart en los vuelos de cabotaje, que cobran por el equipaje de mano, como la carry on que se sube a la cabina. En este caso también hay que pagar por la valija cuando se compra el pasaje. Ojo: hasta puede ser más económico el costo por despachar a bodega una valija más grande que por subir una chiquita a la cabina.

Si se necesita viajar con mucho equipaje, suele ser preferible pagar una tarifa más alta por el ticket, (para incluir dos valijas), que luego pagar extra por cada una. Incluso las tarifas que no son promocionales permiten cambio de fecha sin costo.

Otros extras habituales son: por la comida abordo, por elegir asiento y también hay varias low cost que cobran si no se hizo el check in por Internet, que es gratuito.

También hay que estar atentos a los pesos máximos permitidos para la valija. La mayoría de las aerolíneas aceptan una valija de hasta 23 kilos en vuelos internacionales, pero este valor varía en vuelos de cabotaje, por lo que es aconsejable chequear en cada caso para no pagar exceso de equipaje.

4. No tomar un avión

Por un cambio de planes sobre la marcha, muchos pasajeros deciden por propia voluntad no tomar un vuelo dentro de un itinerario con varios tramos. Por ejemplo, un viaje de Buenos Aires a París, que incluye un vuelo interno en la mitad del viaje a Barcelona y el regreso a Buenos Aires desde España. Por la razón que sea, se decide reemplazar el vuelo interno por un tren o un viaje en auto y cuando finalmente hay que emprender el regreso a la Argentina uno se desayuna que la reserva y el pasaje ya no existen más.

Peligro: el no show en un tramo, tal el término técnico que utilizan las aerolíneas cuando el pasajero no toma un vuelo, provoca la caída de la reserva y se pierde el resto de los pasajes del itinerario.

Esta política aplica en todas las aerolíneas y con casi todos los pasajes. Si no se toma la ida automáticamente se cancela la vuelta, o el resto de la ruta. Una medida injusta porque uno pagó por el pasaje que ellos deciden dar de baja, y que obliga, nada más ni nada menos, que a comprar un nuevo ticket de regreso. Algo similar sucede con los pasajes en promoción: tienen restricciones que no permiten cambio de fechas: si no se toma, se pierde.

Fuente: LA NACION

5. No habilitar las tarjetas

Para los que salen al exterior es necesario notificar a las tarjetas de crédito sobre los destinos que se van a visitar para que habiliten los plásticos, tanto de crédito como de débito. Caso contrario se corre el riesgo de que se bloqueen y no se los pueda usar. Incluye también a las nuevas tarjetas que vienen con chip. El trámite de Visa y de Mastercard se hace en la Web de las empresas. Para American Express, por teléfono.

Con las tarjetas de débito se puede extraer moneda local de los cajeros. También con la de crédito, a modo de adelanto, pero en este caso el banco debe proporcionar un pin y el trámite hay que hacerlo con varios días de anticipación.

Hay que recordar que el costo del uso de los cajeros en el exterior es alto y depende de cada banco, por lo que conviene sacar todo el dinero que se necesite de una vez.

6. Olvidarse documentación

Algunos pasajeros no averiguan antes de viajar cuál es la documentación necesaria para el itinerario que van a realizar. Esto incluye visas, certificados de vacunas, permisos y partida de nacimiento cuando se viaja con menores.

En cuanto a visas lo más frecuente es que se la olvide cuando se hace escala en otro destino antes del final: el caso emblemático es en los vuelos al Caribe, que hacen escala en Estados Unidos. Es necesario sacar la visa aunque no se salga del aeropuerto norteamericano, caso contrario, no permiten embarcar.

Muchos países exigen el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla al ingresar, y a veces es necesario si se estuvo en otro país antes. Por ejemplo, un pasajero que en su viaje combina unos días en Ecuador o Colombia y luego sigue viaje a Costa Rica debe presentar certificado de vacunación. Si en cambio viaja desde la Argentina directo a Costa Rica, aunque se haga escala en Colombia, no es necesario.

Algunos de los países que exigen vacunación para los argentinos son Aruba, Malasia, Angola, India y Singapur, entre otros.

Hay que recordar que la vacuna se da una sola vez y dura toda la vida.

En cuanto a los menores, deben tener autorización si viajan con un solo padre y si viajan los dos se debe presentar la partida de nacimiento, además del pasaporte del chico.

7. Confundir nombres y fechas

Es fundamental, al momento de hacer la reserva de pasajes aéreos (también hoteles, cruceros, alquiler de autos, etc), que se consignen los nombres de los pasajeros tal como figuran en el DNI o pasaporte, según el documento que se use para viajar.

Uno de los errores habituales es omitir el segundo nombre o agregar, por ejemplo, apellido de casada en la reserva, que pueden complicar en el momento del check in o generar nuevos gastos para corregir un pasaje mal emitido.

También son frecuentes los errores de tipeo de nombres y fechas, por eso hay que releer siempre antes de confirmar el pago.

8. Superponer vuelos

Cuando se compran dos pasajes con conexión, pero con reservas separadas, es común superponer los vuelos o que el tiempo de la escala sea insuficiente.

Suele suceder, por ejemplo, en un vuelo internacional con una aerolínea y, después, otro local, por otra empresa. El mínimo de tiempo entre dos vuelos debe ser de dos horas, aunque en estos casos es recomendable un poco más para evitar perder el segundo. También es frecuente olvidarse de considerar la diferencia horaria en el destino y reservar el segundo vuelo antes que aterrice el primero. Si están dentro de la misma reserva, se evitan estos problemas porque la aerolínea se hace cargo ante eventuales retrasos.

9. Omitir el voucher

Aunque ya sea habitual llegar al aeropuerto sin el pasaje en papel, porque hoy alcanza con el documento y el código de reserva, para otros servicios es indispensable presentar el voucher impreso. Muchos pasajeros pasan por alto este detalle y en el momento de tomar un auto o hacer una excursión se dan cuenta que es necesario contar con una constancia en papel, que no tienen.

Por las dudas (y aunque se sea poco ecológico) es recomendable llevar impreso todos los servicios por los que se pagó: hotel, entradas, excursiones, traslados, crucero, etc.

Se pueden reimprimir en los destinos, pero a veces no es tan simple conseguir una impresora.

Además, para no perder servicios ya pagos, hay que leer con atención en los vouchers las indicaciones en cuanto a horarios y puntos de encuentro.

10. Cambiar al conductor

Cuando se alquila un auto es necesario ingresar como titular de la reserva a la persona que va a ser el conductor, con su registro y tarjeta de crédito. Puede suceder que la reserva y el pago lo haga una persona, pero que no va a manejar (por ejemplo hace la reserva la mujer, pero va a conducir el marido o viceversa). Una vez en el destino, se puede tener inconvenientes para retirar el auto cuando no coincide el nombre de la persona que reservó y pagó con la que va a conducir. Para evitar demoras y confusiones el titular de la reserva debe ser siempre el conductor. Si se necesita conductor extra, se debe pagar en la reserva, porque tiene cargo extra.

Fuente: Diario de Cultura

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