El año pasado registró un aumento de la temperatura media de +1,25 ºC respecto a la era preindustrial, al igual que 2016, aunque aquel año tuvo la influencia del fenómeno El Niño que provoca un alza de las marcas térmicas.
«Hay que tener en cuenta que 2020 iguala el récord de 2016 pese a un enfriamiento de La Niña», indicó ese servicio.
En ese sentido, 2016 estuvo marcado por un fuerte episodio de El Niño, un fenómeno oceánico natural inverso que provoca un alza de las temperaturas.
Según la NASA y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), El Niño contribuyó así en entre 0,1 y 0,2 ºC al aumento de la temperatura de 2016.
«Está claro que sin los impactos de El Niño y La Niña sobre las temperaturas respectivas» de 2016 y 2020, este año «habría sido el más cálido jamás registrado», dijo Zeke Hausfather, climatólogo del Breakthrough Institute, a la agencia AFP.
La OMM, que publicará próximamente sus datos combinando los de varias agencias oficiales, ya había indicado en diciembre que 2020 se situaría sin duda alguna entre los tres años más calientes.
Por otra parte, el período 2015-2020 fue el más cálido jamás registrado y la última década (2011-2020) fue la más cálida desde el inicio de la era industrial.
Este último dato «nos recuerda una vez más la urgencia de reducir las emisiones de manera ambiciosa con el fin de prevenir los efectos nefastos sobre el clima en el futuro», dijo en un comunicado Carlo Buontemmpo, director de Copernicus, también conocido como C3S.
Copernicus informó que la concentración de CO2 no dejó de aumentar en la atmósfera el año pasado, alcanzando un «nivel máximo sin precedentes» de 413 ppm (partes por millón) en mayo de 2020, pese a que la pandemia y la paralización económica mundial provocaron una caída récord de las emisiones de CO2, de 7%, según el Global Carbon Project.
«Si bien las concentraciones de dióxido de carbono aumentaron ligeramente menos en 2020 que en 2019, no podemos dormirnos en los laureles. Mientras las emisiones mundiales netas no se reduzcan a cero, el CO2 continuará acumulándose en la atmósfera y provocando un nuevo cambio climático», advirtió Vincent-Henri Peuch, responsable del servicio de vigilancia de la atmósfera de Copernicus.
En la región ártica, especialmente en Siberia, el año pasado también estuvo marcado por una temporada de incendios forestales «excepcionalmente dinámica», liberando 244 megatoneladas de CO2, es decir, «más de un tercio de más que el récord de todo 2019».
Fuente: Télam