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El fin de semana largo de junio está cerca y las escapadas cortas son una gran opción

Algunos podrán viajar a los clásicos destinos como Bariloche, Mar del Plata, Mendoza, Cataratas del Iguazú o el norte argentino, pero otros prefieren subirse a un auto y conocer pueblos o localidades que quedan a pocos kilómetros

En la provincia de Buenos Aires hay localidades y parajes que son elegidos por los turistas para hacer una escapada de fin de semana donde los atractivos son pueblos de casonas antiguas para comer salames y desconectarse de la ciudad.

María Ignacia, en Tandil, es uno de los pueblos para hacer una escapada de fin de semana y desconectarse de la rutina. Al no ser un lugar cercano, es ideal para visitar durante el feriado del 17 al 20 de junio. 

Cuatro días son más que suficientes para recorrer el pueblo y visitar zonas aledañas, ya que el partido Tandil destaca por sus clásicos salames y la buena gastronomía. María Ignacia queda a 50 kilómetros de la ciudad cabecera de este municipio.

María Ignacia (o Vela) queda a 50 kilómetros de la ciudad de Tandil.(Gentileza: Matías Callone).

¿Cómo llego a María Ignacia?

El pueblo de María Ignacia tiene casi dos mil habitantes, según datos del Censo 2010 (aún se está a la espera de los números de la edición 2022). Para llegar hay que tomar la Ruta Nacional 3 hasta Las Flores y de allí seguir por la Ruta Provincial 30.

El tiempo estimado de viaje es de casi cinco horas, son más de 380 kilómetros. Además está de pasada por otro destino llamado Gardey, también para hacer una escapada. Las calles de María Ignacia están empedradas y sus manzanas están llenas de edificaciones antiguas que se conservaron con el paso de los años.

Tandil destaca por su producción de salames y quesos.

La fundación del pueblo se remonta a su primera estación de trenes, hace más de 100 años, cuando la expansión de las líneas de ferrocarriles ayudó al surgimiento de cientos de localidades en Buenos Aires y otras regiones del país.

La vieja estación de trenes, llamada «Vela» se gestó en los terrenos donados por Felipe y Pedro Vela. Las vías conectaban Bahía Blanca y pasaba por Tandil.

¿Qué se puede hacer en María Ignacia?

En María Ignacia, que también es conocido como Vela, hay casas que están abandonadas, pero cabe recordar que al tener casi dos mil habitantes, por lo que no es un pueblo que se queda quieto. Las antiguas casonas funcionaron, y aún lo hacen, como negocios. Además, en este pueblo sus habitantes viven del trabajo agrícola.

María Ignacia Vela también es un pueblo con historia, la mayor parte de ella se encuentra cuidada en el Archivo y Museo Histórico y de Ciencias Naturales, también hay un Museo de Maquinarias Agrícolas, el Balneario Municipal y en enero se realiza la Fiesta de la Serenata.

Las casonas son pintorescas y destacan por su construcción, la gran mayoría se conserva en buen estado. Uno de los lugares para visitar es la Parroquia Nuestra Señora del Rosario y el reconocido «Bar Tito», donde cada fin de semana los pobladores locales se reúnen para jugar a las cartas, comer una picada y tomar un vermú.

La mayoría de las calles de María Ignacia están empedradas. (Gentileza: Conociendo la Provincia).

Cabe recordar que en Tandil se producen quesos salames. El bar de Tito cuenta estas delicias a las que se suman las galletas de campo  y además es conocido porque el escritor y periodista Osvaldo Soriano pasó por allí y vivió un tiempo en María Ignacia Vela.

Los pobladores locales comentaron que Soriano era un visitante frecuente en el bar. Sin dudas, el pueblo de María Ignacia o Vela es un lugar ideal para hacer una escapada de fin de semana, recorrer sus calles, tomar unos mates en el verde que rodea a la estación de trenes y desconectarse por completo del caos de la ciudad y sus alrededores.

Fuente: Crónica

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