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El Vaticano endureció su postura ante los fenómenos milagrosos y las apariciones

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano emitió un documento en el que restringe y casi anula el campo de la “sobrenaturalidad” de los fenómenos. En otras palabras, la Santa Sede endureció sus opiniones sobre los fenómenos “sobrenaturales”, incluidas las apariciones de la Virgen y de los santos. Según el Dicasterio, este cambio tiene que ver con que “en algunos casos de sucesos de acontecimientos de presunto origen sobrenatural” se detectaron “problemas muy graves que perjudican a los fieles” donde primaron “beneficios, poder, fama, notoriedad social e interés personal”.

De acuerdo con el texto, difundido este viernes y que entrará en vigor el domingo, fiesta de Pentecostés, ni el obispo local ni el Vaticano podrán emitir más “una declaración sobre la sobrenaturalidad de un fenómeno”, es decir, “la posibilidad de afirmar con certeza moral que proviene de una decisión de Dios”. Como máximo, solo podría haber “la concesión de un Nihil obstat” (no hay objeción). La declaración de sobrenaturalidad solo corresponde al Papa y “de manera completamente excepcional”.

Según Vatican News, el organismo de prensa oficial del Vaticano, “en el origen del documento está la larga experiencia del siglo pasado, con casos en los que el obispo local (o los obispos de una región) declararon muy rápidamente la sobrenaturalidad, y luego el Santo Oficio se pronunció de forma distinta. O casos en los que un obispo se expresaba de una manera, y su sucesor de la contraria (sobre el mismo fenómeno). Luego están los largos tiempos necesarios para evaluar todos los elementos para llegar a una decisión sobre la sobrenaturalidad o no sobrenaturalidad de los fenómenos. Tiempos que a veces contrastan con la urgencia de dar respuestas pastorales por el bien de los fieles. Por ello, el Dicasterio comenzó en 2019 a revisar las normas y llegó al texto actual aprobado por el Papa el pasado 4 de mayo”.

Dicasterio
Un importante aspecto de las nuevas normas es que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe -organismo a cargo del cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández– asume una mayor responsabilidad. “Por un lado, permanece firme que el discernimiento es tarea del obispo diocesano. Por otro, al reconocer que, hoy más que nunca, estos fenómenos involucran a muchas personas que pertenecen a otras diócesis y se difunden rápidamente en diferentes regiones y países, las nuevas normas establecen que el Dicasterio debe ser consultado e intervenir siempre para dar una aprobación final a lo decidido por el obispo, antes de que este último haga pública una determinación sobre un evento de presunto origen sobrenatural”, se advierte.

Hasta hoy, la decisión, incluso la primera, confiada al obispo local, estaba entre dos opciones: “Constat de non supernaturalitate” o “constat de supernaturalitate”.

Pero desde 1950, con esta posibilidad de elección restringida, “se han resuelto oficialmente no más de seis casos, aunque los fenómenos han aumentado”.

Seis criterios
A partir de ahora son seis, con diferentes matices, las posibles declaraciones de la Iglesia sobre presuntas apariciones o presuntos fenómenos sobrenaturales: “Nihil obstat“, nada obsta, “Prae oculis habeatur“, confusión y riesgos, “Curatur“, elementos críticos significativos, “Sub mandato“, con los que se expresan dudas sobre las personas que hacen un uso indebido del fenómeno, “Prohibetur et obstruatur“, críticas y riesgos graves, “Declaratio de non supernaturalitate“, con la que se declara la no sobrenaturalidad.

La opción de la declaración de sobrenaturalidad ni siquiera está en la lista porque es un pronunciamiento “excepcional” que solo corresponde al Papa.

Aclaraciones
“Tucho” Fernández, que hasta el año pasado era el arzobispo de La Plata, explicó así la cuestión: “Muchas veces estas manifestaciones han producido una gran riqueza de frutos espirituales, de crecimiento en la fe, en la devoción y en la fraternidad y el servicio, y, en algunos casos, han dado origen a diferentes Santuarios esparcidos por el mundo que hoy forman parte del corazón de la piedad popular de muchos pueblos”. Sin embargo, también existe la posibilidad de que “en algunos casos de sucesos de acontecimientos de presunto origen sobrenatural” se detecten “problemas muy graves que perjudican a los fieles”: casos en los que “beneficios, poder, fama, notoriedad social, interés personal” se derivan de los supuestos fenómenos, llegando incluso a “ejercer dominio sobre las personas o cometer abusos”.

Así, puede haber “errores doctrinales, de reduccionismos indebidos en la propuesta del mensaje del Evangelio, la propagación de un espíritu sectario”. Y existe la posibilidad de que “los fieles se vean arrastrados detrás de un acontecimiento, atribuido a una iniciativa divina», pero que no es más que el fruto de la fantasía de alguien, de su deseo de novedad, de su mitomanía o de su tendencia a la falsedad”.

De esta manera, continúa Fernández, “no se declarará que un fenómeno es sobrenatural y sólo excepcionalmente un papa puede decir que hay interés en un caso y pedir al dicasterio que inicie el trabajo para que el fenómeno pueda ser considerado” como tal.

Advirtió que, aunque se llegue a autorizar una aparición, “los fieles no están obligados a creer en ello”. “Dejemos libres a los fieles”, aclaró el cardenal.

Las normas para proceder a evaluar las presuntas apariciones y revelaciones que se aplicaban hasta hoy habían sido aprobadas por Pablo VI en 1978, hace más de 40 años, pero no fueron publicadas hasta 33 años después, en 2011.

Las evaluaciones exigían tiempos muy prolongados, incluso décadas, y se llegaba demasiado tarde a la necesaria aprobación eclesial, apunta el documento escrito por el prefecto de la Doctrina de la Fe y aprobado por el papa Francisco.

Medjugorje
Según Fernández, con estas nuevas reglas se podrá dar una nueva respuesta a las apariciones en la localidad de Medjugorje, ubicada en el sur de Bosnia, y sobre las que el Vaticano, aun permitiendo las peregrinaciones de fieles, nunca expresó su opinión.

Medjugorje es un pequeño pueblo ubicado en Bosnia y Herzegovina, que ha adquirido gran importancia en los últimos años debido al fenómeno religioso que se ha desarrollado en él.

El fenómeno religioso de Medjugorje se refiere a las supuestas apariciones de la Virgen María a seis jóvenes en el año 1981, quienes afirman recibir mensajes y visiones de ella hasta la actualidad. Estas apariciones han atraído a millones de peregrinos de todo el mundo, convirtiendo a Medjugorje en uno de los principales destinos de turismo religioso en Europa.

Fuente: DIB

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