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“Esperaba ansioso pasar a 2021”: la historia del hombre que cambia cada día el calendario floral de Mar del Plata

Aunque llueva, truene o haya pandemia, Gerardo Mata siempre está para actualizar el arreglo floral que indica el paso del tiempo en le peatonal San Martín

Gerardo Mata, el hombre calendario de Mar del Plata

«¡Listo!», celebró en la última peinada que le dio con el fratacho y para despedirlo pronunció una frase que nadie en tales circunstancias le podría corresponder mejor que a él: «¡Qué se vaya a la miércoles!».

Así lo despidió al 2020 para dar vuelta la página del calendario Gerardo Mata, el hombre que durante la pandemia le tocó la responsabilidad, «llueva o truene», de lunes a lunes con las primeras luces del día, de actualizar el calendario floral de la plaza San Martín, un ícono de Mar del Plata.

«Fue un año complicado. Esperaba con ansias que termine. Con ganas. Listo, borrón y cuenta nueva», dice a este diario después de reemplazar el 0 y estampar en polvo de ladrillo húmedo, para que se destaque el tono, el número 1 en el año.

Getrardo Mata, el hombre que cada día cambia el calendario floral de Mar del Plata.

Getrardo Mata, el hombre que cada día cambia el calendario floral de Mar del Plata.

Hace apenas seis horas que comenzó el 2021 y Gerardo como cada mañana acomoda prolijamente los números y letras del histórico calendario. El primer día de año se renueva totalmente el tápiz, cambia día, mes y año, y la labor de este jardinero de 40 años orgulloso de su trabajo llevará un tiempo más del habitual.

«Fue DICIEMBRE por ENERO, y aunque son cinco letras, lleva un ratito más el cambio de mes. Un día que cambia el número lleva un par de horas nada más», explica: «Pero esta vez la renovación es completa y se trata nada menos que cambiar el año complicado, así que debe lucir lo mejor posible», y es lo que acaba de hacer.

Con el trabajo finalizado, hace lo que harán más tarde cientos de turistas que caminan la peatonal: tomarse una foto allí. No es un punto al que se vaya específicamente, se topan con él al paso y la foto es ineludible.

Getrardo Mata, el hombre que cada día cambia el calendario floral de Mar del Plata.

Getrardo Mata, el hombre que cada día cambia el calendario floral de Mar del Plata.

Es sitio elegido para selfies, el recuerdo de un viaje, recién casados llegan hasta allí para guardar a modo de souvenir la fecha testigo del calendario. Por supuesto, lejos está de competir con los famosos lobos marinos de la rambla Bristol, o el que instaló Marta Minujín frente al museo MAR, pero es un icónico atractivo de la ciudad.

En el que el diario local La Capital llama «El gran álbum familiar de Mar del Plata», el proyecto web «Fotos de Familia» creado en 2010, al que miles de marplatenses envían fotos que tienen no menos de 30 años, se pueden encontrar imágenes en blanco y negro, o sepia, de gente fotografiándose ante el calendario.

Está en la plaza San Martín desde hace 80 años. En esas viejas imágenes se ve que en un comienzo tuvo otra ubicación, frente al edificio de la municipalidad a pocos metros donde se lo puede encontrar ahora, donde San Martín se hace peatonal, casi Mitre, exactamente frente a la catedral. 

El calendario floral fue iniciativa del milanés Adolfo Primavesi, legendario director de Plazas y Parques en aquellos años, «padre de las plazas de Mar del Plata», y con flores de estación creó el cantero en el que se escriben día, mes y año con granza y polvo de ladrillo. Ya entonces tenía un pequeño cerco para protegerlo de pisadas. 

A Gerardo Mata le tocó hacerse cargo del canlendario cuando el capataz de la plaza, el santiagueño Hugo Perea, debió dejar el puesto. Operado del corazón, se convirtió en persona de riesgo de contraer el virus.  

Igual que Hugo, Gerardo no faltó un solo día. Es una tarea impostergable la suya: «Haga calor, frío, llueva, siempre estamos acá. Es un lindo trabajo», explica, pero como todos tiene sus sinsabores: «A veces llego y lo encuentro todo pisoteado, o faltan plantines. Los roban, que no sería lo peor, pero otra veces los pisotean por pura maldad».

El jardinero, que depende del área de espacios verdes del Ente Municipal de Servicios Urbanos, cuenta que ningún integrante de su familia se contagió coronavirus. Algunas veces, con sus hijos Tisiano, de 12 años, y Jeremías, de 16, se han ocupado de escribir la fecha juntos.

«Siempre lo hago con mucho gusto, me gusta lo que hago. Esperaba con ganas este momento, que termine este año desastrozo que  lamentablemente para muchas familias fue con pérdidas dolorosas, y poner el número del nuevo año».   

En un depósito que se encuentra en un subsuelo, los jardineros que hacen el mantenimiento no solo del calendario, sino de toda la plaza, guardan sus enseres de trabajo y los moldes metálicos de números y letras con los que se renueva cada página del almanaque.

Gerardo los encuadra para que queden en línea, los relllena de polvo de ladrillo que riega para resaltar el color bordó, y los contornea con granza, piedritas blancas características de la ciudad. Sus herramientas son un rastrillo, fratacho y regadera, y un buen juego de piernas: la labor lo mantiene unas horas en cuclillas, arrodillado. 

Más tarde el jardinero se ocupa de los espacios verdes de los balnearios del Automóvil Club Argentino de Punta Mogotes, y no lo hace solo en temporada.

«Todo el año se mantiene y el resto lo toma de ejemplo, y se conserva mejor porque al no estar en un lugar público a nadie se le ocurre pararse encima», relata y muestra fotos de los arreglos florales que lucen sobre el césped de los balnearios, un trabajo de artesano: «Es un oficio que me gusta».

«Es agradable, un trabajo al aire libre, con la naturaleza, estoy tranquilo. Hay quienes pasan y te dicen ‘te felicito muchacho, qué lindo’, te alagan. Además esta vez me tocó echar por tierra el 2020. Así que chau: borrón y cuenta nueva», el deseo del hombre del calendario.

Fuente: Clarin

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