Harina, fideos y pan francés, subieron muy por encima del nivel general de inflación. El rol de las políticas de Macri en estas subas y los otros aumentos que se dispararon en el año.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC) informó este jueves que la inflación en noviembre pasado fue del 3,2% y acumula en el año 43,9%. Sin embargo en el desagregado por las distintas divisiones que se tienen en cuenta para calcular el avance de los precios, «Alimentos y bebidas no alcohólicas» excede ampliamente el nivel de inflación general.
Según el INDEC los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron en los primeros 11 meses del año un 48,6%, casi 5 puntos por encima del nivel de inflación general y sólo superado por el rubro «Transporte» (subió 62,9% en el año).
La canasta de alimentos y bebidas que tiene en cuenta el INDEC para sus mediciones subió muy por encima del índice de salarios y las jubilaciones. Sin embargo cuando se realiza el desagregado por producto las diferencias son abismales.
El caso más emblemático es el de la harina que acumula una alza del 169,91% en lo que va del año. La disparada del precio de la harina desde que asumió Mauricio Macri la presidencia está directamente ligada a su decisión de eliminar las retenciones al trigo. Al hacerlo, Macri dolarizó el precio de la harina y la abrupta devaluación del peso frente al dólar registrada este año explica la disparada.
Los fideos subieron un 90,01% en el año y el pan francés un 75,90%, también afectados por la quita de retenciones al trigo, mientras que la docena de huevos subió un 84,06%.
La desbandada de la inflación y las paritarias a la baja generaron una pérdida del poder adquisitivo del salario y las jubilaciones que rondará los 20 puntos este año. Este escenario, sumado a la profundización de la recesión económica por el derrumbe del mercado interno, impactó de lleno en el índice de pobreza que, de acuerdo con el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, llegó al 33,6%, el nivel más alto desde 2010.