La diputada, candidata a intendenta de la «ciudad feliz» por Unidad Ciudadana, habla sobre su visión para MDQ, su militancia kirchnerista y critica duramente al Gobierno: «Estamos en un momento de emergencia»
Es cálida en sus modos, sonriente siempre, muy contundente con sus definiciones y con deseos tan amplios como el mar que la vio nacer en Mar del Plata: «El mar todo lo puede. No hay con qué darle a nuestra ciudad», le dice a Infobae.
María Fernanda Raverta es diputada nacional por Unidad ciudadana y desarrolla su carrera política desde muy joven. Militante de HIJOS (su mamá fue desaparecida en Perú en el operativo Cóndor de la dictadura militar), continuó luego en distintos puestos en donde desarrolló su carrera de trabajo social y, por fin, llegó a legisladora nacional. Ahora aspira a ser la primera mujer que se convierta en intendente de Mar del Plata
Con ella conversamos del gobierno de Macri («su modelo neoliberal es el causante de esta pobreza»), de la inseguridad y cómo combatirla («hay mucho para hacer desde los municipios») y de la candidatura a presidente de Cristina Kirchner («Deseo que ocurra y espero que así sea sea»).
Aquí, la entrevista completa
— Definime Mar del Plata.
— Bueno, la ciudad más linda de la Argentina (risas).
— Muy bien. Pero podría discutirte un rato con Rosario pero te la voy a dejar pasar.
— No, no, te la gano. La discusión te la gano, claro que sí.
— Si bien tenemos un río hermoso el mar es vale cuatro.
— El mar que todo lo puede.
— Totalmente. ¿Cuándo fue que vos pensaste puedo hacer algo más que estar orgullosa de Mar del Plata e incursionar en el trabajo para cambiarla?
— Bueno, la verdad es que mi historia de vida es una historia asociada a la política y desde el secundario en la Federación de Estudiantes Secundarios empecé a pensar en los demás como una necesidad, digamos, salirse de uno mismo. Y pensar en cómo el resto vive y en cómo eso afecta a la vida individual de cada persona. Así que milito y participo de la construcción de la ciudad desde que soy muy chica. Y después por supuesto a partir del 25 de mayo del 2003 me incorporé a la política más tradicional si se quiere, porque tengo una historia de militancia incluso en la universidad en los 90, como una cantidad enorme de jóvenes que sentimos que en la política había un llamado para nuestra vocación de servicio, nuestra vocación de pensar en los demás.
— Me gusta como definición «mi historia personal tuvo que ver» porque uno es eso.
— Sin dudas.
— ¿Qué cosa de tu vida personal, y de tus padres, te llamaron a la política?
— Bueno, yo nací unos meses después del golpe de la dictadura cívico-militar del 76, de marzo a noviembre que nací yo hay pocos meses. Yo siempre digo que de alguna manera en mi historia y en mi testimonio personal el amor vence al odio, porque tiempo después cuando yo tenía 4 años mi mamá está desaparecida, continúa desaparecida, así que después, mucho tiempo después, de adolescente milité en H.I.J.O.S. pensando en que efectivamente podíamos reivindicar la historia desde un lugar de memoria. Y después de la llegada del gobierno de Néstor y Cristina la posibilidad de convertir en políticas públicas una lucha que había tenido que ver con los organismos de derechos humanos, con la historia de las Madres, de las Abuelas. Así que esa historia de cómo el Estado incorpora reivindicaciones, incorpora banderas y las hace políticas de Estado es más o menos mi historia de vida.
— Y es muy importante porque vos decís esta tragedia en personal de perder a mamá, uno sabe que hay tres palabras que se instalaron, que las aprendimos con ustedes que son Memoria, Verdad y Justicia y que hoy siguen tan vigentes como siempre, ¿no?
— Sí, donde no hay retroceso. Hay luchas que han marcado agenda y en esas agendas cuando hemos tenido gobiernos receptivos que las han convertido en decisiones políticas como es el caso de los juicios de lesa humanidad. Cuando nosotros éramos chicos la Justicia no podía condenar porque las leyes amparaban a los genocidas. Bueno, esa posibilidad a partir del gobierno tanto de Néstor Kirchner como de Cristina Fernández de Kirchner hizo que efectivamente se incorporara el basta de impunidad en la sociedad, en los ciudadanos y en las ciudadanas de a pie para que después sea una bandera de todos. Eso que tenía que ver con los organismos terminó apropiándose por la comunidad en su conjunto. Y una demostración de eso es el «2×1». Ahí cuando la Corte intentó generar las domiciliarias para los represores ahí hubo una ciudadanía responsable. Hablando de contratos sociales de ciudadanías responsables, ahí hubo una ciudadanía responsable diciendo que hay cosas en las que no se puede retroceder.
— Y esencialmente autoconvocada.
— Sí, y de generaciones distintas. Antes tal vez tenía que ver con un reclamo de los familiares, entonces eran o los más chicos que habían perdido a sus padres, o de los más grandes que habían perdido a sus hijos. Sin embargo cuando fuimos y asistimos a esa marcha del «2×1» vimos que había niños, que había madres, que había padres, que había abuelos. Que había una diversidad de edades, de franjas etarias, que hacían pensar esto .Suponer que había una conquista en materia de conciencia colectiva en materia de reivindicación que ya no era de los familiares y de quienes habían sido víctimas directas tal vez porque bueno, las víctimas de la dictadura sin ninguna duda somos los argentinos en general y las argentinas en general. Pero bueno, eso me parece que es bien interesante y que tiene que ver con eso que aprendimos. Yo soy, siempre digo, la democracia es más joven que yo. Yo soy más vieja que la democracia. Y sin embargo hay cosas que ya pudimos madurar y que efectivamente ya no podemos retroceder.
— ¿Qué te pasa con estos fenómenos anacrónicos pero que existen de cierto revisionismo, discutir números de desaparecidos, o algunos que hablan de leyes de perdón…?
— No le doy mucha importancia. Porque esto que te digo, yo creo que hay una apropiación y desde el sentido común y desde la subjetividad que ya no revisa números y no revisa teorías de los dos demonios ni revisa retrocesos en términos de condenar un genocidio y el terrorismo de Estado. Así que yo por lo general esas cuestiones, se dan más en los medios o discusiones entre dirigentes, o incluso en discusiones donde se intenta presentar un paradigma que no es real digamos, que lo que pasa en el sentido común y lo que pasa en la sociedad en su conjunto no se discuten esas cuestiones. Los chicos en las escuelas estudian con otros manuales que con los que estudiamos nosotros, la historia la viven de otra manera y eso va haciendo que generación tras generación la historia se cuente mucho más sana y con un criterio de verdad absolutamente distinta.
—Me decías que tu mamá desapareció. ¿En qué circunstancias? ¿Cuándo desaparece?
— En el 80. Mi mamá es víctima del Plan Cóndor así que desaparece afuera del país, en Perú, en junio. Y bueno, hasta hoy continúa desaparecida.
— Vos tenías apenas 4 años.
— 4 años, sí.
— ¿Y qué recordás? ¿La recordás a tu mamá?
— Mirá, tengo casetes, entonces la voz es algo presente. Y tengo cartas… Yo leo mucho, me gusta mucho leer, y el modo en la prosa, el modo en la forma de expresarse lo tengo bien incorporado.
— ¿Ella militaba en alguna organización?
— Sí ,claro. Militaba, era militante desde muy chica, mi mamá tiene también una historia tipo de la ciudad de La Plata. De ir a una escuela de monjas, con una familia acomodada, pero que de repente encontró la necesidad de pensar en los demás. Yo creo que tiene mucho también que ver con esa vocación religiosa de pensar en el otro, ¿no? Y a partir de ahí muy creyente y a partir de ahí se volcó en la Unión de Estudiantes Secundarios a la militancia sobre todo con niños. Y bueno, y a partir de ahí su caminito y su transcurso en la militancia política.
— Y del lado de tu padre también hay militancia. O sea hay sangre política por donde busquemos.
— Sí, por todas partes.
— ¿Te definís como peronista, kirchnerista?
— Mira, yo soy una militante del campo nacional y popular, soy peronista, soy kirchnerista y sobre todas las cosas pienso en que existe un momento. Mira, yo cuando me preguntan cómo me defino me defino de ésta manera: hasta el 25 de mayo del 2003, yo soy licenciada en Servicio Social, soy trabajadora social, hasta el 25 de mayo del 2003 cuando me recibí en el 2001, entre el 2001 y el 2002, yo hacía los informes socioambientales para mamás que tuvieran siete chicos para poder cobrar una pensión no contributiva. Vos sabés que para cobrar una pensión no contributiva no tenés que tener ningún ingreso. Pero mamás con siete chicos. Y en ese entonces, antes del 25 de mayo del 2003, las pensiones no contributivas eran altas por bajas. ¿Sabés qué significa eso?
— Podías entrar si se bajaba una, me imagino.
— Si se moría una mamá. Si se moría una mamá de siete chicos podía haber un alta para una pensión para una mamá con siete chicos. Eso cambió, cambió definitivamente y rotundamente. ¿En qué sentido? Universalizar derechos, democratizar derechos, hacer que los derechos sean para quienes lo necesitan, generar oportunidades en esos derechos es la forma en que yo concibo la política. Y yo creo sin ninguna duda que a partir del 25 de mayo del 2003 esa posibilidad de pensar que quien necesita tiene un derecho que garantiza el Estado cambió la vida de millones y millones de argentinos. Y esa es mi vocación política.
— ¿El entusiasmo por este proyecto del 2003 vino en cuanto empezó a andar o venías de antes con el kirchnerismo?
— El 25 de mayo estaba en la Plaza con mis hijas, yo tengo hijas grandes. Estaba en la Plaza, quería que efectivamente ellas vieran que eso que se había puesto en marcha en forma de esperanza, porque la verdad es que yo no conocía la gestión de Néstor como gobernador, pero sin ninguna duda esa esperanza en una propuesta política. Tuve oportunidad de decírselo a Néstor, a decirle que efectivamente esa posibilidad de soñar con ser parte de un proyecto que efectivamente te comprenda pero además un proyecto que efectivamente te estimule a hacer lo que vos siempre sentiste que era poder utilizar la política como una herramienta y que esa herramienta efectivamente modifique vidas, construya oportunidades. Y bueno, a eso fui, quería mostrarles a mis hijas que efectivamente esa esperanza se podía materializar en una gestión, en una Presidencia, y ahí fui. Así que sí, desde el mismísimo momento que Néstor fue presidente me incorporé de lleno a la política. Por supuesto cada uno desde lugar, yo venía con una historia, ya te digo, militante en el secundario, en la universidad, nosotros en los 90, yo estudié en la universidad en los 90, el intento de privatización de la educación superior era muy fuerte en ese otro tiempo de neoliberalismo económico la resistencia era muy fuerte y allí tuve mi espacio de militancia, en los organismos de derechos humanos también. Pero en la política la verdad es que me incorporé a partir del 2003.
— Dijiste en ese otro momento de neoliberalismo. ¿Esto se parece a aquello? ¿Es lo mismo?
— Sí, por supuesto. Mirá, los indicadores, yo siempre digo que Mar del Plata es la ciudad más hermosa de la Argentina sin ninguna duda, es la ciudad del mar aparte por excelencia porque quien quiere ir al mar va a Mar del Plata, y tiene esa fuerza y tiene eso que aporta el mar, ¿no? Que es eso de pasar de la superficie a la profundidad. Me parece que eso es Mar del Plata también. Y en los 90 en Mar del Plata, en el 2001 fue la ciudad con 25 puntos de desocupación. Y ahora si bien todavía no tenemos ese indicador volvemos a ser la ciudad con más desocupación de la Argentina. Y tiene que ver con un modelo económico que a los marplatenses nos afecta doblemente, por un lado como los trabajadores del resto del país que ven en su salario la pérdida sistemática de la capacidad de compra, que antes, cuando arrancó este gobierno era difícil llegar a fin de mes, bueno, ahora no se llega ni a mitad de mes, tenés una gran cantidad del porcentaje de tu salario puesto en la paga de servicios. Digo, pasamos de ese momento en donde los trabajadores tenían tal vez incluso hasta la capacidad de ahorrar un poquito, de pensar en el cumpleaños de 15 de sus hijos o en el viaje de egresados de sus hijos a este momento donde no solo perdimos fuentes de trabajo, perdimos trabajo los marplatenses, el porcentaje de desocupación aumentó. Argentina tiene 9.1% de desocupación, Mar del Plata tiene 12.8. Que a veces cuando se dice así no se entiende pero son 40.000 personas que no tienen trabajo.
— Es un gran termómetro, lamentablemente, porque Mar del Plata y Rosario son ciudades de trabajo, de clase media y de clase trabajadora…
— De clase media que se ve afectada rápidamente con estos modelos, porque eso es lo que te quería decir. Entonces los marplatenses tenemos el problema del resto de los trabajadores argentinos con la diferencia de que los trabajadores argentinos dejan de venir a nuestra ciudad.
— Claro.
— Porque entonces ya no pueden, ya no tienen ese pesito que por ahí se ahorraban para venir un finde largo. De hecho este gobierno arrancó eliminando los feriados puentes, una metáfora, ¿no? No sé si vos te acordás que también este gobierno arrancó con esa frase poco de feliz de «Se creían que se merecían vacaciones y celulares». Bueno, para los marplatenses las vacaciones son bien importantes, no solo como derechos de los trabajadores marplatenses. Después queda en el recuerdo de un momento feliz, un momento distendido, en familia, de todos los trabajadores argentinos, de todas las familias argentinas que vienen a la ciudad. Y ahora cuando llegan los muchos menos que llegan los fines de semana largos o nuestra temporada se encuentran con una ciudad abandonada, una ciudad muy dejada, muy descuidada. Así que bueno, esa es la situación.
— La problemática de la desocupación es una problemática esencialmente nacional, en el mejor de los casos provincial, ¿cómo un intendente puede abordar esto?
— Mirá, primero para salir de la situación crítica y de emergencia que estamos viviendo los marplatenses tenemos que por supuesto tener un gobierno nacional que piense efectivamente en un modelo de crecimiento con inclusión social, sino Mar del Plata sola no se salva. Pero sin ninguna duda lasgestiones locales tienen que poder poner a disposición lo que yo llamo un cambio, digamos, poner un cambio de rumbo, un cambio, bueno, en el camino para transitar la gestión local. Porque Mar del Plata tiene grandes fortalezas, grandes potencialidades, que hoy son debilidades. Nosotros tenemos el principal puerto pesquero de la Argentina y sin embargo hoy pareciera ser una mala noticia tener ese puerto. Porque hay 2.500 trabajadores en tierra de lo que se produce en ese puerto que están desocupados y tienen un salario complementario, un plan digamos. Tenemos el segundo cordón frutihorticola de la Provincia. El segundo, después de La Plata estamos nosotros. Sin embargo no hay ninguna cuestión de valor agregado en esa cadena, en esa producción de frutas y verduras en nuestra ciudad. Tenemos cinco universidades en Mar del Plata, no hay ningún proyecto de extensión que hoy efectivamente el municipio tome como oportunidad de pensar cómo estratégicamente planificar el problema del desempleo y obviamente la matriz productiva de una ciudad que debiera garantizar el trabajo para los marplatenses durante doce meses.
Bueno, estas grandes fortalezas que yo creo que tenemos hoy están convertidas en debilidades. Y para mí el gran desafío de la gestión local es interpelar a esos grupos que efectivamente construyen la ciudad y convocarlos a ser parte de una gestión asociada que ponga de pie de nuevo a Mar del Plata.
— Lamentablemente compartimos también en nuestras ciudades el tema de la inseguridad. Mar del Plata y Rosario están golpeadas seriamente por la inseguridad. ¿Se puede desde el municipio colaborar, abordar el tema?
— Sin ninguna duda. Mirá, justo ayer estuvimos trabajando con los equipos técnicos de seguridad de Mardel el tema de los indicadores de homicidios dolosos en lo que va del año. Sin ninguna duda el mapa del delito, para ponerle un título, el lugar donde aparecen los lugares más conflictivos, la posibilidad de contar con una inteligencia común entre la policía local y la policía provincial. Hay tantas cosas para hacer y para planificar en relación a ir detectando cuáles son no solo los delitos sino los lugares.
Ahora, sin ninguna duda necesitamos una respuesta integral porque la verdad es que Mar del Plata hoy hay patrulleros que no entran a barrios por los pozos que hay en la calle. Por el estado de las calles. O hay lugares que efectivamente terminan siendo más peligrosos porque la luminaria no funciona. Entonces no hay ninguna duda que el programa de seguridad integral que requieren ciudades grandes, ciudades como Mar del Plata y como la tuya obviamente tienen que ver con muchas gestiones de distintas áreas de una gestión local, ¿no? No es solamente pensar en el funcionamiento de la policía, hay mucho más para aportar. Y por supuesto en momentos donde la desigualdad crece la inseguridad también crece obviamente.
— Sos militante kirchneristas, ¿qué te pasa frente a los achaques que hay sobre cuestiones de corrupción, desde José López en adelante?
— Y… la verdad que es un problema. Yo siempre digo que a veces uno piensa que ese achaque y esa cuestión sistemática de proponer este tema termina haciendo que haya vecinos o vecinas, o ciudadanos de a pie, que terminan desvirtuando lo que fueron nuestros 12 años y medio de gobierno. No tengo ninguna duda que quienes han sido funcionarios que han participado de algún hecho de corrupción tienen que ser condenados. Ahora, no tengo ninguna duda que nuestro gobierno fue expresión de inclusión, fue expresión de crecimiento, fue expresión de desarrollo. Entonces a veces a mí me pone mal pensar que efectivamente un proyecto de tales características y tan transformador quede asociado a estas cuestiones que vos planteás y que por ahí cuando uno ve, no sé, todavía en algunas casas las netbooks de los chicos en las escuelas entregadas y que todavía quedan en algunas familias, o ves una escuela que vos pasas por la puerta, en Mardel por decir algo el Jardín Belisario Roldán. Vos pasás por la puerta del Jardín y digo que cantidad de obras, que cantidad de vidas transformadas y que efectivamente después termine habiendo en algún lugar una asociación únicamente con la corrupción. Creo que también hay algo ya de superado en este tema porque pasaron muchas cosas y porque la verdad que estos años han demostrado que una mala gestión, un gobierno que le da la espalda a los problemas reales de los argentinos y de las argentinas hace mucho daño y genera mucho retroceso. A mí si vos me preguntas qué me preocupa hoy, es que cuando yo hablo sistemáticamente y mucho porque trabajo mucho con las reuniones en los barrios e incluso reuniones sectoriales con las cámaras, con la Cámara de Comercio de la ciudad o incluso en las universidades con los grupos de investigación, y cuando voy al encuentro, hay como una sensación no solo de enorme desilusión de aquellos que apostaron a este gobierno como votantes de buena fe, digamos, que creyeron efectivamente que este gobierno les iba a brindar soluciones o les iba a permitir quedarse con lo que tenían pero mejorar lo que no les gustaba y esas grandes, digamos, esos grandes grupos de ciudadanos desilusionados entienden que mañana van a estar peor. Y esa creo que es la peor de las situaciones.
— Comparto mucho de lo que estás diciendo pero siento que también nos entrampamos, porque efectivamente el gobierno de Macri ha fracasado, objetivamente, pero me preocupa lo que me decís porque suena como una justificación. «Ok, hubo hechos de corrupción, pero había un acceso a determinados derechos».
— No, no, para nada. No. Creo que tiene que ver con esto que te digo, con pensar en donde está hoy el interés de los argentinos en general. No sé si tiene que ver con cómo estábamos para atrás sino con cómo queremos estar para adelante. A mí me parece que si hay un desafío de ahora en adelante es pensar en lo que viene, en construir lo que efectivamente tiene que pasar. Por supuesto mejorando lo que estuvo mal. Por supuesto condenando aquello que no está bien digamos. Pero empezar a pensar cómo queremos construir lo que viene, y ese me parece que es el desafío y eso es lo que básicamente aparece cuando uno se junta con los demás. Tal vez la agenda de la tele es una agenda que tiene que ver con algunos…
— O un recorte arbitrario.
— Y cuando vos vas a una reunión en un barrio o como te digo, una reunión en los colegios profesionales o en cualquiera de los ámbitos representativos, bueno, en los sindicatos. Digamos, cuando vas a una reunión las preguntas aparecen por otro lado, los intereses aparecen por otro lado, las necesidades aparecen por otro lado. Entonces así como te digo que condenando la corrupción y todo aquello que haya sido que estuvo mal en cualquier etapa y en cualquier proceso histórico también digo que necesitamos empezar a mirar para adelante y a construir soluciones.
— ¿Estuviste en la presentación del libro de Cristina Kirchner?
— Sí, claro.
— ¿Es un hecho que es candidata? Más allá de tu deseo que asumo que por supuesto lo es.
— Yo siempre contesto lo mismo, ¿qué creo o qué deseo?
— Las dos.
— Cristina es la persona que puede solucionar el problema que estamos viviendo. Digamos, eso es un hecho y es una realidad. Es un hecho que no hay líderes en la oposición que tengan la capacidad de gestión y de resolver ya demostrada los problemas cotidianos y de ponerlos en una perspectiva de planificación estratégica. Yo siempre digo que mientras que salíamos del infierno en ese 2003 donde había que esperar una alta por baja para tener una pensión no contributiva estaban proyectando un satélite como el ARSAT. Entonces esa proyección de pensar en la Argentina no solo la urgencia, no solo la Argentina de la demanda y de la emergencia sino también de proyectar una Argentina que efectivamente trascienda los límites geográficos y trascienda incluso los límites del cielo. Me gusta decir que ese proyecto político trascendió el cielo. También es verdad que ahí tenemos depositada la esperanza y las expectativas gran cantidad de argentinos y de argentinas.
Ahora, la realidad es que yo no soy la persona para contestar si Cristina va a ser candidata o no. Te puedo contestar desde el deseo. Te puedo contestar desde lo que escucho en mi ciudad, desde lo que me dicen mis vecinos. Pero la verdad es que esa pregunta es más para ella.
— Corresponde a ella, claro. ¿Y como bonaerense quién crees que debería ser candidato a gobernador?
— Bueno, ahí también hay candidatos y candidatas muy importantes que están construyendo de manera muy inteligente la mejor fórmula. Yo digo que grado de madurez política del peronismo de la provincia de Buenos Aires estar pensando con candidatos y candidatas que son absolutamente valiosos, que han demostrado gestiones en sus distritos que bueno, que han demostrado gestiones también en el Ejecutivo nacional como es el caso de Axel Kicillof o como en el caso de la intendenta de La Matanza o del intendente de Lomas de Zamora. Digo, son personas que han mostrado capacidad de resolución de cada una de las necesidades con las que han tenido que intervenir. Y me parece que eso es importante. Y que entre ellos se den un proceso de pensar en la fórmula más competitiva pero sobre todo la que mejor resuelva los problemas de los bonaerenses me parece que es de una madurez importante para el peronismo de la provincia de Buenos Aires.
— Vuelvo al comienzo para despedirte. ¿se perdona al que desapareció a tu mamá? ¿Se qué, qué pasa con eso?
— Se juzga. Se juzga.
— El Memoria, Verdad y Justicia.
— Claro. Se juzga, se condena y eso me parece que es importante. El momento en donde a veces parece que las grandes peleas se dan por discusiones mediáticas o discusiones que por allí aparecen en escenarios en donde pelearse más, gritarse más, bueno, la verdad es que los argentinos y las argentinas sabemos que efectivamente nos merecemos respetarnos en las diferencias, respetar los roles, respetar el rol del que piensa distinto, la representatividad del que piensa distinto, y efectivamente condenar los crímenes de lesa humanidad tiene que ver con ese caminito de ese democracia que tiene que aprender necesariamente a respetar las diferencias y a respetar a los que efectivamente piensan distinto.
— Dicen los que te conocen trabajando cuando uno averigua sobre vos que sos una rara avis de esto, de la receptividad de los que piensan distinto y demás, esta cosa infame que detesto hablar de la grieta pero bueno, es lo más fácil sino vamos a dar muchas vueltas, la grieta es.
— La grieta es no respetar las verdades relativas. Yo estoy convencida de nuestro proyecto político, estoy convencida de nuestras prioridades, estoy convencida de nuestras convicciones. Ahora, sé que es mi verdad y que mi verdad tiene una argumentación, y que esa argumentación puede dar muestras, puede dar muestras en resultados, en indicadores. Ahora, también respeto que otro tenga su verdad. Lo que no respeto es que efectivamente esa verdad quiera ser impuesta. Porque ahí aparece la grieta.
Fuente: Infobae