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Julieta Eugenio: de Necochea a Nueva York, un soplo de aire nuevo en el jazz

En 2013 se fue a hacer un master a la Gran Manzana y hoy la elogian sus colegas. La semana que viene toca en Buenos Aires.

«Sigo buscando mi propio sonido”, dice la joven saxofonista de Necochea, Julieta Eugenio, residente en Nueva York desde 2013. Una historia que comenzó con un master en el Queens College, con el saxofonista Antonio Hart como mentor, y el difícil camino de abrirse paso en la ciudad de más saxofonistas por metro cuadrado del planeta. Eugenio se presentará el jueves 3, a las 21, en Virasoro Bar, y el sábado 5, a las 23.30, en Thelonious. Tocará con Ernesto Jodos en piano, Ramiro Franceschin en guitarra, Jerónimo Carmona en contrabajo y Sergio Verdinelli en batería.

Hart, durante su visita a Buenos Aires en abril, destacó durante la charla con Clarín a Julieta Eugenio, a la que definió como una talentosa saxofonista, preocupada por conocer la tradición. “Esa es la manera de avanzar en el camino”, expresó el músico estadounidense.

Eugenio toca en la actualidad con Johnny O’Neill, pianista de los Jazz Messenger’s, de Art Blakey, y de Dexter Gordon; en el trío de Brandon Swingman Sanders, con el The Low Key Trio, y ahora con el baterista Leon Parker, un músico creativo y que camina por la vanguardia del jazz, con el que grabará un disco a fines de enero. “Nueva York es una ciudad donde hay mucha música y mucha competencia que te ayuda a crecer. Hay que estudiar y seguir aprendiendo, no hay un punto de llegada. Tomo clases con el pianista Sam Yahel (tocó con Joshua Redman) y con el saxofonista tenor Mark Turner, transcribo solos y toco todo lo que puedo”, señala en la charla telefónica la saxofonista y clarinetista, que comenzó en Necochea como pianista en el conservatorio de Juan Gesualdi.

Recibida en el Manuel de Falla, viajó a Nueva York en 2013 para hacer un master de dos años en el Queens College y lo que era un sueño se convirtió en una realidad. “Creo que todos los que hacemos jazz queremos estar en Nueva York y ahí estaba; hacía poco que había cambiado el alto por el tenor, todo era muy vertiginoso y me di muchas veces la cabeza contra la pared. Cuando terminé la escuela me dieron la visa por un año para poder trabajar de lo que había estudiado y luego saqué una visa artística”, contó la saxofonista.

-¿Cómo fueron tus primeros pasos en Nueva York?

-Tenía claro que quería estudiar la tradición; es un tema poco abordado y sentía que me faltaba esa parte esencial. Escuché Lester Young, Coleman Hawkins y transcribí solos de ellos. Antonio Hart me ayudó mucho para profundizar, todas las semanas tenía clases en la escuela con él y eso me hizo sentir más sólida a la hora de tocar.

-¿Qué jazz tocan tus compañeros o contemporáneos?

-Se toca de todo. Yo voy bastante a lugares como Smoke y muchos saxofonistas quieren sonar como Coltrane, que es muy meritorio y muy difícil, pero que no me deja de extrañar. Yo quiero sonar como yo misma, y es un trabajo largo. Me dijo Mark Turner que el sonido un día aparece; es algo que uno trabaja hasta que finalmente surge. Hay un saxofonista que me gusta mucho, Grant Stewart, al que recomiendo, tiene un sonido distinto, personal y es muy buen músico. Tomé clases con él. Me encuentro buscando mi voz, pero también el mensaje: me ayuda mucho transcribir solos de piano y de saxo. Porque junto con el sonido estoy en una búsqueda melódica acerca de qué puedo decir.

-¿Los latinos tienen restricciones a la hora de hacer jazz en Nueva York?

-No, no hay un circuito para los latinos. Los músicos de la comunidad negra muchas veces se prefieren, se llaman para los trabajos y eso es lógico, se conocen. El músico latino tiene que mostrar que puede tocar, que está a la altura de la exigencia.

-¿Y las mujeres en el jazz?

-Es todo un tema; hay más mujeres en la música, pero el ambiente nocturno no es siempre el mejor, y ahí hay pocas. Me gustan mucho las jam, voy a todas las que puedo porque aprendo y voy conociendo colegas, pero a veces me detengo y soy la única mujer que está en el lugar, sea por el barrio o por la hora, estoy yo sola. Tampoco falta el músico que te pide tu número para llamarte, y no por trabajo. Y ni digamos cuando eso lo hace un músico conocido.

-¿Qué música presentarás en Buenos Aires?

-Básicamente standards; no hubo tiempo de preparar material original. Voy a estar en quinteto y la idea es que podamos divertirnos. Algo que tienen las jams en Nueva York es que la pasamos bien. Eeso es lo que quisiera vivir acá.

Julieta Eugenio se presentará el jueves 3, a las 21, en Virasoro Bar, Guatemala 4328 ($250) y el sábado 5, a las 23.30, en Thelonious, Nicaragua 5549 ($275).

Fuente: Clarin

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