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Mar del Plata: 6 lugares para descubrir por fuera del circuito turístico

La Feliz es un clásico de la costa atlántica con sus lugares típicos, pero hay un recorrido por fuera de lo usual que sorprende hasta a los vecinos

Que Mar del Plata es el balneario más popular de la Argentina es una verdad consabida. En consecuencia, hasta aquellos que ni siquiera visitaron la ciudad conocen sus puntos insoslayables: la playa Bristol, el monumento al lobo marino, el Casino Central, Punta Mogotes, el Torreón del Monje, los clásicos alfajores y, entre otros sitios, el puerto y sus famosos barquitos anaranjados.

Sin embargo, hay una Feliz que va más allá del derrotero turístico y que sorprende incluso a sus propios habitantes. Ya sea tanto desde playas retiradas, sitios precisos para disfrutar de la naturaleza cuando el plan no está frente al mar, pasando por lugares de ensueño, hasta otros con pasadizos, mesas con comensales desconocidos, expresiones culturales, tragos espirituosos y contraseñas para ingresar.

A continuación, un recorrido posible para visitantes acostumbrados a caminar las calles y arenas marplatenses que quieran variar el circuito, o para aquellos que viajen por primera vez y busquen una experiencia distinta.

1. La cabaña del bosque, casa de té

Un lugar de ensueño, ubicado a unos 200 metros de una de las entradas al Bosque Peralta RamosEl sitio fue fundado hace 36 años por Sonia de Francisco con el fin de reunirse con la familia y los amigos. La idea era encontrar un momento de paz en medio de la naturaleza: un concepto que aprendió en La Dulce, el pueblo marplatense que albergaba a una comunidad danesa, donde nació y vivió de chica.

Al acercarse a la entrada, donde en general se estacionan quienes acuden en sus autos, se erige una frondosa arboleda. Al traspasar el portón de ingreso, la cantidad de verde va in crescendo. De hecho, a medida que se avanza entre sus caminos que se asemejan a laberintos, se pueden ver diferentes árboles, arbustos, un estanque con peces y plantas que rodean las mesas y sus bancos de piedra y madera (desde la pandemia también se puede consumir afuera).

Conocida como "La casa de té", este espacio de más de 30 años ofrece variantes únicas de la bebida milenaria
Conocida como «La casa de té», este espacio de más de 30 años ofrece variantes únicas de la bebida milenaria

Una vez en La cabaña, amerita un raudo paseo antes de sentarse: el lugar tiene varios recovecos que conectan los respectivos salones, que incluso continúan en la planta alta de la edificación. En el ambiente, predominan los ventanales ovalados, la madera, también una chimenea y hay una variada decoración en general que incluye objetos que van desde candeleros hasta utensilios de porcelana y plata.

El té, cuyas hebras son recogidas a mano, es la estrella: hay negro, rojo, verde y se sirve caliente, helado, con azúcar negra, con limón, fruta o cítricos del Mediterráneo. No obstante, el maridaje perfecto se produce con las deliciosas tortas. Asimismo, se destacan scones, los batidos y los tostados en pan de campo con palta y distintos quesos.

Los valores -recientemente actualizados- para la temporada 2022 son: $480 las infusiones nacionales y $780 las importadas.

Cómo llegar: La cabaña del bosque está ubicada a dos cuadras del acceso al Bosque Peralta Ramos, en Cardenal s/n. Desde el centro de la ciudad hay que tomar Avenida Juan B. Justo, luego la de Los Trabajadores, girar en Vergara que se transforma en Don Arturo hasta la Boulevard del Bosque, que es la entrada principal. Si se llega desde la costa por Ruta Nacional 11, solo basta con doblar en Vergara.

2. Encuentros a ciegas

La dinámica es la siguiente: escribís a la redes sociales de Encuentros a ciegas y, cuando se completa el cupo de ocho o nueve personas, se empieza a organizar la mesa (única) para la cena. La principal pregunta, mediante el grupo de WhatsApp creado para la ocasión, apunta a saber si entre los asistentes hay alérgicos a algún alimento, si tienen una dieta en particular, son veganos, vegetarianos o cualquier información importante para la cocina.

En base a esos datos, Lisandro Aldaya prepara su menú de unos cinco pasos. “No sabés qué vas a cenar, ni con quién. La idea es que al menos una parte de los comensales no se conozcan”, le explica el chef y dueño de casa a LA NACION.

El chef y organizador de estas cenas a ciegas se propone que los comensales atraviesen una experiencia más allá de la comida
El chef y organizador de estas cenas a ciegas se propone que los comensales atraviesen una experiencia más allá de la comidaInstagram

El menú es variado con un objetivo claro: promover sensaciones. “No es un restaurante a puertas cerradas, es un encuentro más sensorial. Si bien me encanta cocinar mucho con el mar porque me parece seductor, una noche puede haber puré de porotos aduki, con curry de cordero y plátano frito. Ya solo así, te paseo por varios continentes”, ejemplifica quien generó este espacio hace siete meses junto a su compañera, en la zona de Los Acantilados.

El costo del menú es de $2800 sin bebidas. En rigor, en la mesa hay agua y limonada sin cargo, pero el resto se abona aparte. La heladera está llena de cervezas artesanales a gusto del consumidor, como también una bodega para que los comensales ocasionales elijan con tranquilidad e incluso inviten a sus compañeros de noche a compartir esa selección.

La mesa en la que se reúnen los visitantes es la misma que usan los dueños de la propiedad. La meta es que sientan como en su casa: elijan los libros de la biblioteca, utilicen los juegos, toquen la guitarra o en el verano, salgan al jardín a degustar los manjares de Lisandro bajo las noches estrelladas a tan solo 200 metros del mar.

Cómo llegar: La casa donde funciona Encuentros a ciegas está ubicada en la calle 493, número 571, Acantilados. Para llegar hay que tomar la Ruta Nacional 11 y atravesar varios balnearios después del Faro de Punta Mogotes. En el cruce con la calle indicada, girar a la derecha y transitar dos cuadras.

3. Laguna La Brava

Este paraje, al que se accede desde la ruta nacional 226, técnicamente pertenece al partido de Balcarce. No obstante, se ubica a solo 44 kilómetros de Mar del Plata: en definitiva, una distancia similar a las concurridas playas que se encuentran en las cercanías de Chapadmalal. Al ingresar, por uno de sus caminos de tierra, de repente se erige una zona arbolada que confluye en una laguna de 430 hectáreas, cuya profundidad oscila entre los 3 y 7 metros, rodeada de la Sierra Brava.

Las actividades para realizar en la zona son diversas. En ese sentido, el Club de Pesca Balcarce es el sitio que propone más opciones: botes, kayak, lanchas, wind surf o jet ski son algunas de las tantas posibilidades. Asimismo, hay un muelle para contemplar la bellezas naturales, parrillas, zonas de acampe, baños y duchas. En el último tiempo, se agregó dentro del predio el servicio de food truck de Barman’s Drink’s. El acceso a los socios del club es gratis, mientras que el resto debe pagar la entrada y las atracciones.

Un paraje natural ubicado a 44 kilómetros de Mar del Plata para quienes buscan tranquilidad y algo diferente lejos del mar
Un paraje natural ubicado a 44 kilómetros de Mar del Plata para quienes buscan tranquilidad y algo diferente lejos del mar

Si la intención es disfrutar una estadía en este remanso bonaerense, hay varios complejos de cabañas (Ruca Lauquen o Piedra Naranja) o casas para alquilar, tanto sea por día como por temporada. Sobre un recodo de la orilla de la laguna también se puede apreciar la casona de Paula Paz Anchorena, un chalé de dos plantas que albergan ocho habitaciones, construido por el afamado arquitecto Alejandro Bustillo en 1916.

Cualquiera fuera la búsqueda deseada al visitar este paraje serrano, el consejo infalible es contemplar desde cualquiera de sus ángulos los atardeceres: un plan inmejorable.

Cómo llegar: Laguna La Brava está ubicada en el kilómetro 40 de la Ruta Nacional 226, en el cruce con El Dorado. Desde Mar del Plata son 44 kilómetros: hay que tomar Avenida Pedro Luro, que luego se convierte en la ruta citada, pasar la Laguna de Los Padres, hasta llegar al peaje; después realizar unos metros más.

4. The Clue Hidden Bar

El misterio, la sensualidad y los enigmas son denominadores comunes en este bar “inspirado en el universo de la alquimista Julia R. Tanner del siglo XIX” y en los speakeasy (bares a puertas cerradas) surgidos en la época de la ley seca en EE.UU. Por lo tanto, visitarlo no se limita solo a saciar menesteres gastronómicos: en rigor, es una experiencia más amplia.

De hecho, su nombre remite a lo oculto. Consecuentemente, para ingresar hay que obtener una contraseña. Los pasos a seguir son los siguientes: a través de las historias de Instagram de su cuenta, se les dan pistas semanales a sus seguidores. Luego, tras develar la respuesta, se menciona la palabra clave en la entrada.

Misterio, sensualidad y juegos ocultos son los elementos destacados en este bar, cuyos tragos son de elevada calidad
Misterio, sensualidad y juegos ocultos son los elementos destacados en este bar, cuyos tragos son de elevada calidadInstagram @thecluehiddenbar

Una vez adentro, su decoración (hay una biblioteca con recetas y libros de estudio de alquimia), la oscuridad, sus recovecos, más su bebidas espirituosas propician la sensación de transitar un universo casi paralelo. Si bien tiene comidas, incluso con menús de varios pasos, sus tragos son la nota destacada.

Entre otros tantos, se recomienda el Power Source: Carpano bianco, Oleo Saccharum (como un jarabe), mix de frutas, almíbar neutro, jugo de naranja y un espumante, son sus pócimas mágicas; sin mencionar sus secretos. El valor promedio de sus preparaciones ronda los $600.

El sitio también marca la diferencia en las presentaciones de cada uno de sus cócteles. Sobre un pato de hule o una bandeja; o bien, ocultos dentro de una campana con humo o un cofre son algunas de las posibles formas.

La experiencia finaliza con el mismo concepto dominante del lugar: se sale por algún pasadizo u otra puerta que no es la de entrada. “Nos inspiramos en los bares de la época de la ley seca, que estaban prohibidos, entonces se ingresaba mediante una fachada y se salía por otro lado para evitar sospechas”, le explica a LA NACION Axel Gutiérrez, uno de los dueños.

“La idea es jugar al misterio, lo oculto y lo escondido. Nos basamos en el universo de Julia Tunner ya que en ella encontramos el fundamento para hacer un bar de coctelería”, concluye.

Cómo llegar: Clue Hidden Bar está situado en Hipólito Yrigoyen 2875, la misma calle que bordea la plaza San Martín, sobre Avenida Pedro Luro. La distancia con el epicentro marplatense es de unas 12 cuadras

5. Balneario Cruz del Sur

Típico balneario de la zona de Chapadmalal, cuyas playas se destacan por su amplia extensión y conexión con la naturaleza. De hecho, abunda el verde con una frondosa zona de arbustos y árboles; además hay un arroyo ideal para que jueguen los niños. Predomina un ambiente amable y familiar, que propicia liberar la mente para descansar y escaparse de esa típica analogía que se traza sobre La Feliz como la Buenos Aires con mar.

Los atardeceres en Cruz del Sur: imperdibles
Los atardeceres en Cruz del Sur: imperdibles

El balneario está ubicado en la parte de los acantilados y es un sitio, por sus elevadas olas, ideal para practicar surf. La playa cuenta con estacionamiento vigilado, restaurante, carpas, baños y duchas con agua caliente. En la entrada tiene una bajada que es para ingresar a la parte pública y otra para acceder al complejo concesionado.

La panorámica desde sus playas es buena en general, pero en particular la zona es inmejorable para admirar la caída del sol.

Cómo llegar: El Balneario Cruz del Sur se ubica en la Ruta Nacional 11, 4 kilómetros antes de llegar al Complejo de Chapadmalal. La distancia desde el Casino Central es de 38 kilómetros

6. Color humano

Un multiespacio cultural emplazado en el Bosque Peralta Ramos que, como tal, ofrece disímiles propuestas. De hecho, desde su página de Instagram se definen como “club de arte, residencias, hospedajes, conciertos, huerta, vivero, tienda, actividades culinarias. Ideal para venir a trabajar producciones de discos”. Aunque no solo su versatilidad lo distingue: también cierta magia que propone la naturaleza circundante, más su decoración que va desde la colorida casona principal, un laberinto, pequeñas luces y hasta un domo gigante.

El sitio le pertenece a Rorro López Oliver, publicista y productor que desarrolló Ritmos del mundo, una productora de músicos y artistas. En consecuencia, muchos de ellos se alojaron allí en tiempos de shows en la ciudad. Jaime Torres, Tonolec, Adrián Berra, Paloma del Cerro, Palo Pandolfo, Sofía Viola, Perota Chingó, Diego Frenkel son solo algunas de las figuras que pasaron por sus instalaciones.

“Club de arte, residencias, hospedajes, conciertos, huerta, vivero, tienda, actividades culinarias": así se se autodefine Color humano
“Club de arte, residencias, hospedajes, conciertos, huerta, vivero, tienda, actividades culinarias»: así se se autodefine Color humano

Otras de sus propuestas son las experiencias lunares, en las que se ofrece un menú de varios pasos y algún concierto en el octógono de barro. “En las lunas suceden varias magias musicales y algunas sorpresitas más que siempre nos brindan quienes asisten a la velada. Aquí los pudores desaparecen entre los árboles”, anuncian.

Cómo llegar: Bosque Color Humano está ubicado en Diagonal Estados Unidos Norte & Yanquetruz. Para llegar hasta sus instalaciones hay que tomar la RP11, luego girar en Paunero, hasta Avenida de Los Trabajadores hacia Aráoz. Después girar la izquierda en Mario Bravo, continuar por Las Margaritas hasta diagonal Estados Unidos.

Fuente: La Nación

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