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Murió el femicida Ricardo Barreda

Fuentes policiales informaron que falleció en un geriátrico de José C. Paz. Tenía 83 años

El femicida Ricardo Barreda murió esta noche, a los 83 años, confirmaron fuentes policiales. El odontólogo platense había sido condenado a prisión perpetua por asesinar en 1992 en su casa a su mujer, sus dos hijas y su suegra.

Falleció en el geriátrico Del Rosario de José C. Paz por “causas naturales», según confirmaron fuentes policiales a Infobae. Tenía 83 años y estaba bajo libertad condicional.

Barreda pasó sus últimos años en la pobreza. Sin hogar, tras vivir un año entre los pasillos del Hospital General Villegas de Pacheco -donde se decía que simulaba ser otra persona, que amenazaba a médicos y enfermeros- fue internado por un breve período en el hospital Eva Perón del municipio. Desgastado, Barreda usaba pañales en el centro médico, tenía lagunas en su discurso, algo que varios médicos tomaron por síntomas de Alzheimer, aunque nunca fue diagnosticado. Luego llegó a una pensión de la zona, donde el dueño lo intimó a echarlo: Barreda gritaba, hablaba solo, a veces gritaba. En la peatonal de San Martín la gente lo seguía para pedirle fotos. Se lo veía comiendo en una fonda de la zona. Decía que le era difícil recordar a sus hijas.

“A veces dice que es dentista y que volverá a La Plata, donde lo espera una novia. El dueño de la pensión dejó sus pertenencias en la sede que el PAMI tiene en San Martín y esperan recuperar el DNI que Barreda dice haber perdido para iniciar los trámites para ser internado en un asilo», decía un médico que lo trataba en aquel entonces.

Un reconocido músico de rock vecino de San Martín que se había hecho su amigo lo ayudaba en aquel entonces: “Ibamos a comer juntos a una fonda los mediodías, lo visitaba en la pensión. Lo ayudé con los trámites del PAMI, era todos los días con él, hasta que se internó en el hospital”, relata a Infobae: “Después se fue al hospital. Lo veía perdido en el Eva Perón, estaba mal. Me conocía nada más que a mí, preguntaba por mí. Le compré un alfajor, que tenía ganas de comer, una galletitas. Con la cuarentena lo perdí de vista. El pobre viejo la que hizo la pagó».

Barreda fue trasladad al geriátrico el 10 de marzo por su cobertura médica, tras ser derivado del Eva Perón. “Estaba en un estado crítico. En un momento no podía levantarse más. Se quejaba de las escaras en la espalda”, recuerda su amigo. “No puedo más”, le confesó el femicida.

Un conocido se comunicó con el geriátrico Del Rosario tras su muerte: fue la única persona en contactarse, ya que no tiene familiares cercanos. Sus restos fueron trasladados a una cochería de la zona, donde será velado mañana.

Fuente: infobae.com

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