Así lo confirmaron desde la Federación Rural para la producción y el arraigo. Durante la tarde de ayer, familias arrendatarias del cordón fruti-hortícola de Mar del Plata comenzaron a difundir las perdidas en las quintas producto de las incesantes lluvias, así también vecinos de los parajes y barrios del periurbano visibilizaron las inundaciones en caminos y accesos rurales.
“La situación es la misma tanto en Colonia Barragán, Sierra de los Padres y Batán. Hay caminos y accesos rurales que cuando quedan bajo agua familias enteras se aíslan por más de 24hs. A la vida precaria que llevamos por contratos cortos de arrendamiento sobre la tierra, se le suman estos eventos climáticos que perjudican nuestra inversión y economía, así como nuestros bienes cuando se mojan nuestras viviendas o nuestra salud cuando se enferman nuestros niños” afirmó María Burgos, floricultora y coordinadora de la Federación.
Luis Mamani productor y presidente de la Cooperativa Unidad Rural de la Agricultura Familiar asegura que “se perdieron hasta 30 hectáreas de hortalizas o más de temporada en todo el cinturón productivo”. Además, agregó que “se perdió el 95% de la inversión de semillas y plantines en familias horticultoras”.
“Esto representa una gran pérdida y desmotivación en nuestro trabajo. Hace una semana recibimos semillas del Ministerio de Desarrollo Agrario de provincia para amortiguar los costos de la producción, pero no alcanza, lo que vemos que necesitamos son políticas municipales de acompañamiento al pequeño productor que lo ayude cuando pasa esto” terminó Luis.
Por su parte Hernán Cuevas, presidente del Consejo Local Asesor de la agencia de extensión rural de INTA Mar del Plata agregó “Hay un problema de falta de obras de desagüe fluvial tanto en los barrios del periurbano como en las zonas rurales. Algunas de las zonas más afectadas por las lluvias son Colonia Barragán, el barrio 2 de abril y los barrios del sur de Chapadmalal, no se trata de un simple evento climático, sino también de la falta de planificación e inversión en los periurbanos.
Vivimos y trabajamos en una ciudad que no piensa más allá de las zonas urbanizadas y deja al periurbano al libre albedrío del mercado inmobiliario, esto se ve reflejado en los loteados sobre bajos inundables o zonas habitadas sin obras públicas. Directa o indirectamente, el estado de los caminos rurales y la falta de respuestas frente a estos eventos, muestra la falta de interés del municipio en un territorio estratégico para la producción local” culminó.
