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Puja de poder en el organismo que controla las cuentas de Vidal y los intendentes

Lejos de la atención pública, en la provincia de Buenos Aires se desató un conflicto de poder en la cúpula del Honorable Tribunal de Cuentas (HTC), el organismo que tiene a su cargo el control de las cuentas de la gobernación, los 135 municipios y los organismos autárquicos.

La puja se produce entre aliados singulares: por una lado, el presidente del HTC, Eduardo Grinberg, junto al gremio de los organismos de control y el massimo; por el otro, a la gobernadora María Eugenia Vidal con los intendentes del PJ que lidera Martín Insaurralde (Lomas de Zamora).

En un hecho sin precedentes, el presidente del HTC, Grinberg, escribió ayer una carta a Vidal donde le traslada la responsabilidad política de una serie de nombramientos que, según afirma, «no reúnen las condiciones requeridas para el cargo». Le hace saber que, si la gobernadora los convalida, afectarán la independencia de la entidad.

¿Cuál es el detalle que Grinberg elige no explicitar en su carta? Que esos postulantes a ocupar cinco (de las siete) secretarías en el HTC fueron promovidos por los vocales que responden a Vidal e Insaurralde. En otras palabras, que fueron los controlados los que eligieron a quienes deberán controlarlos.

La jugada de Grinberg, al hacer conocer la misiva, no tiene demasiado misterio: el presidente del HTC busca condicionar públicamente a Vidal para frenar los nombramientos.

Es el mismo objetivo de otras cartas más vehementes enviadas en los últimos días por la Asociación del Personal de Organismos de Control (APOC), tanto a Vidal como a la Suprema Corte bonaerense, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, entre otros destinatarios.

En esas cartas, el titular de APOC, Pedro Fernández, insiste en que los postulantes no reúnen los requisitos que exige el cargo, que carecen de experiencia y que tienen «afinidad política» con los sujetos que deben controlar. ¿Por qué advirtió al BID y al Banco Mundial? Porque ambos organismos le concedieron al HTC hace más de una década el rol de auditor externo para los préstamos internacionales que recibe la provincia.

Lo que busca APOC, al igual que Grinberg, es que ambos bancos «también accionen [sobre Vidal] a fin de preservar la elegibilidad del Tribunal, que tuvo como principal pilar la independencia del HTC respecto de la política partidaria», dice uno de los textos que APOC publicó en su página web.

Las cartas también fueron dirigidas a la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (Intosai, por sus siglas en inglés) y la Olacefs, la entidad hermana que abarca a América latina y el Caribe.

En la gobernación, sin embargo, no hay intenciones de dar marcha atrás con los nombramientos. Las fuentes consultadas no solo destacaron la idoneidad y la preparación de los candidatos, sino que señalaron otro «olvido» en las cartas: por un lado, que la resistencia de Grinberg se debe a que él controlaba esas secretarías; por el otro, que lejos de la independencia partidaria exigida a los postulantes de Cambiemos, Fernández fue candidato a senador del massismo en la última elección.

Recordaron, de paso, el currículum de Grinberg, que, con 75 años, preside el HTC desde 1987 y sobrevivió varios escándalos, como la contratación de su mujer, su hijo, una amiga de la familia y hasta el compañero de yachting de su hijo con sueldos propios de un director. «Lleva 32 años ejerciendo el poder en el Tribunal y lo está perdiendo, por eso se alió con el sindicato», indicaron desde la gobernación.

El origen del conflicto
Para entender mejor la trama, vale recordar la historia reciente del HTC, que viene de quedarse sin los cuatro vocales que, junto al presidente, conforman el cuerpo que firma los fallos. Son cargos vitalicios, que requieren un juicio político para ser removidos.

En diciembre del año pasado, y de la mano de los acuerdos que tejió el jefe de gabinete de Vidal, Federico Salvai , para aprobar el presupuesto 2019, Cambiemos y el peronismo se repartieron esos cuatro cargos: el oficialismo ocupó dos de esos lugares, con Gustavo Diez y Ariel Pietronave. El tercer vocal fue para el massista Daniel Chillo y, el cuarto, para Juan Pablo Peredo, hombre de Insaurrade.

Aunque choque contra el sentido común, los vocales propuestos por la gobernación se hicieron cargo del control de las cuentas de la propia gobernación y de los organismos provinciales autárquicos; mientras que los vocales propuestos por los intendentes quedaron al frente de auditar las cuentas de los 135 municipios.

El nombramiento de Peredo fue el más polémico, porque su matrícula como contador público había sido cancelada. Exdirectivo de Codere, también había sido denunciado por Margarita Stolbizer por tener participación en una consultora que, pese a no tener empleados, consiguió varios contratos con el gobierno nacional y porteño.

Una vez designados, el insaurraldista Peredo y los vocales de Cambiemos forjaron una nueva mayoría en el tribunal, que quedó evidenciada en punto 22 del Acuerdo del 30 de mayo, donde Diez, Pietronave y Peredo postularon a candidatos que no venían de la estructura interna del HTC para ocupar cinco de las siete secretarías del organismo.

Las secretarías son el cargo máximo al que puede acceder el personal de carrera del HTC. Por ellas pasan todos los expedientes que llegan a la cúpula del tribunal para dictar sus fallos.

Entre los candidatos propuestos hay tres funcionarios de Vidal (Miguel González Barlatay, Leonardo Di Pietro y María Florencia Vezzetti) y otro de Insaurralde (Pablo de la Rosa).

Acusaciones cruzadas
Antes de ser designados por decreto, los nuevos secretarios votados por Diez, Pietronave y Peredo (y rechazados por el massista Chillo) necesitaban el aval de Grinberg. Sin darles ese aval, el presidente del HTC le transfirió ayer la responsabilidad política de la designación a Vidal.

«Aunque mi opinión no coincida con la decisión tomada, me indica la conciencia a no presentar obstáculos al respecto (.). Encomiendo así la decisión final a la señora gobernadora María Eugenia Vidal, quien con claridad y amplitud sabrá arribar a la definición correcta», dice la carta a la que accedió LA NACIÓN.

«Si [Vidal] considerase que (.) las Secretarías pueden ser ejercidas por personas designadas por mera decisión política, los aprobará. Si considerase que deben ser ejercidas por funcionarios que desarrollaron su carrera profesional desde su ingreso en el nivel inferior por concurso, pasando por los estratos intermedios hasta su culminación como Secretarios como siempre ha sido (…), los rechazará», completa Grinberg.

Fernández, de APOC, apunta en el mismo sentido: «La ocupación de históricos cargos en manos de funcionarios políticamente afines a los nuevos titulares y ajenos al Tribunal, tiñe de parcialidad la tarea de auditoría y su consecuente juicio de cuentas». Y agrega: «Es absolutamente necesario preservar de la influencia política a todos los cargos de la planta permanente del Organismo».

En su carta al BID y el Banco Mundial, Fernández señala que desde el año 1994 el HTC «cuenta con una Estructura Orgánica en la que la totalidad de los cargos, incluidos los de más alto rango, pertenecen al plantel profesional del Organismo», pero que, ahora, los tres vocales mencionados quieren «ocupar altos cargos con personal con afinidad político partidaria, ajeno al mismo y sin experiencia alguna en temas referidos al Control Público, lo que vulnera claramente no sólo la tradición de carrera sino también las taxativas exigencias para el desempeño de dichos cargos».

«No hay ningún reglamento ni ley que diga que los secretarios deben ser del organismo, sí en cambio que son designados por los vocales. Es más, aunque digan que trabajan para Salvai, dos de los secretarios nominados vienen de la gestión de Scioli. A diferencia de Fernández, no fueron candidatos ni trabajan en política en Cambiemos», respondió un ministro de Vidal a LA NACIÓN.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar

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