El servicio de larga distancia entre Buenos Aires y Mar del Plata se encuentra con pasajes agotados hasta la segunda quincena de febrero. El servicio corre dos veces por día, saliendo una vez por la mañana y otra por la tarde, y demora casi seis horas. La escasez de la oferta como contracara del éxito, en el centro de la cuestión.
El tren desde Buenos Aires a Mar del Plata circula nuevamente con pasajes agotados para la temporada de verano. Este fenómeno se repite año tras año debido a la altísima demanda del corredor hacia la Costa Atlántica, y nuevamente se padece la falta de ofertas y escasa frecuencia por parte de la operadora ferroviaria.
Dicho servicio de Trenes Argentinos circula dos veces por día. La segunda de estas frecuencias es directa (sin paradas intermedias) y se agrega únicamente durante fines de semana largos y épocas de vacaciones. La ventaja de este servicio adicional es que reduce el tiempo de viaje en aproximadamente 30 minutos comparado con el servicio común.
Según nos informaron fuentes de la empresa, los trenes se encuentran ocupados al 100% hasta la segunda semana de febrero inclusive. Esto se debe, además del éxito propio de la temporada, a las tarifas accesibles: el boleto en clase primera cuesta $660, contra los $1700 que ronda el valor promedio del pasaje de ómnibus.
No obstante, la otra cara del éxito muestra una realidad un tanto distinta: el corredor Buenos Aires-Mar del Plata cuenta con una demanda altísima que, al día de hoy, no se ve correspondida por parte de la operadora ferroviaria. Como referencia, en épocas de Ferrocarriles Argentinos dicho ramal contaba con hasta once servicios diarios y el viaje demoraba 4 horas y media entre cabeceras.
Así las cosas, luego de la disolución de Ferrocarriles Argentinos, a Ferrobaires le fue imposible cumplir con la demanda al mismo nivel que lo hacía la empresa nacional; el servicio fue decayendo, producto de la negligencia y el saqueo sistemático por parte de las autoridades bonaerenses. SOFSE, por su parte, no pudo revertir la situación a causa de las cambiantes políticas de estado y de la falta de prioridad para el transporte ferroviario de la última década.
La situación actual está lejos de poder revertirse. La política de estado no deja de ser ambigua y poco constante: en los últimos cuatro años no se han sumado nuevas frecuencias, y la mayor parte del material rodante de larga distancia se encuentra a la espera de repuestos o pendiente de una reparación integral, opciones que no fueron consideradas por la anterior administración de Guillermo Dietrich.
Fuente: rieles-argentinos.blogspot.com
