Por su accesibilidad y su amplia variedad de propuestas, es un destino que puede aprovecharse al máximo durante un fin de semana.
Circuito ideal para dos días en «La Feliz»
Para aquellos que no tienen vacaciones o que recién las comienzan en marzo, una escapada de 48 horas puede ser la solución perfecta para relajar tensiofnes. Hay un circuito clave para visitar lo más destacado sin perder la esencia de la ciudad.
Día 1. Con calzado cómodo y ganas de caminar, lo mejor es iniciar el recorrido en uno de los lugares emblemáticos de la ciudad: el Monumento a los Lobos Marinos emplazado en la Plazoleta de la Armada Argentina. Ambas estatuas se encuentran a los lados de las escalinatas que bajan hacia las playas. De esta manera, le dan la bienvenida a los turistas. Es un lugar ideal para tomar las típicas selfies y después postearlas en las redes sociales.
El Monumento a los Lobos Marinos es una parada obligada en la ciudad, para sacarse las mejores fotos.
La Rambla es el paseo tradicional de la ciudad compuesto por dos edificios. En uno de ellos funciona el Casino Central, el Teatro Auditorium, el Centro de Información Turística de la ciudad y el Palacio de Deportes. Mientras que en el otro se destaca el Hotel Provincial. Hacia el Sur está el Paseo Hermitage, donde se encuentra el Casino del Mar. También hay locales comerciales y un escenario donde se realizan eventos y recitales al aire libre.
Luego, llegando al extremo de la bahía, se puede ver el Torreón del Monje. Con su aspecto de antigua fortaleza, es una de las postales típicas de Mar del Plata y posee centros gastronómicos en distintos niveles con una hermosa vista al mar.
El recorrido por la Loma de Stella Maris posee una pendiente algo elevada, aunque un poco de ejercicio siempre hace bien. Allí hay que subir por la Avenida Colón y pasar por el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, un chalet anglonormando construido en 1909. A dos cuadras, se puede visitar la Torre Tanque, ubicada en Falucho y Mendoza. Con sus 41 metros de alto más la altura de la loma uno llega a más de 80 metros sobre el nivel de la mar. ¡Una vista de Mar del Plata en 360 grados que realmente vale la pena ver!
La Torre Tanque tiene un altura de más de 80 metros sobre el nivel del mar y propone una vista única de la «Ciudad Feliz».
De regreso en la zona céntrica y de camino hacia la Plaza San Martín, se puede ir a la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia. Frente a ella se destaca el calendario hecho con piedras y sobre la calle Hipólito Yrigoyen, el edificio del Teatro Colón y el Palacio Municipal. La visita se completa por el microcentro, caminando por la tradicional Peatonal San Martín.
Por la tarde, la opción tiene la dirección Norte como eje. Es posible llegar en automóvil o en colectivo, siempre bordeando la costa y atravesando el Paseo Dávila con el Puente Arturo Illia y sus coloridos molinos. En el camino está la Plaza España, donde se encuentra el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. Siguiendo por la costa también están el Instituto Santurino Unzué y el Museo de Arte Contemporáneo – MAR, con su imponente lobo marino de 4 metros creado por la artista plástica Marta Minujín.
Por la noche, la Avenida Constitución es el punto final para terminar el primer día degustando una cerveza artesanal en algunos de los establecimientos de la zona.
Mar del Plata tiene de todo, y también noche. Además de lugares para bailar se pueden visitar varios bares que ofrecen cerveza artesanal.
Día 2. La clave es arrancar con todas las pilas e ir directo al puerto de Mar del Plata. Se puede llegar en auto o con las numerosas líneas de colectivo de la ciudad. Allí, la tradicional Banquina de pescadores es la que acapara toda la atención. También hay un centro comercial de venta de conservas, pescados frescos y artesanías. Lanchas amarillas junto a los lobos marinos y cientos de gaviotas completan el paisaje.
Se puede ingresar caminando o en auto a la Escollera Sur para visitar la Reserva Faunística de Lobos Marinos, en la que habitan únicamente ejemplares machos de un pelo. Sacarse una foto con ellos y continuar hacia el extremo de la escollera, pasando por el mural a cielo abierto más grande del mundo que cuenta la historia de la ciudad, es una parada obligatoria. Al final del recorrido vas a estar casi 3 kilómetros dentro del mar, donde se erige el monumento a San Salvador, patrono de los pescadores.
En la Escollera Sur se encuentra la Reserva Faunística de Lobos Marinos. Allí, es recomendable sacarse fotos junto a los mamíferos.
Para la tarde, subiendo por el Centro Comercial 12 de Octubre, en la esquina de Magallanes y Bosch, se ubica la Gruta Nuestra Señora de Lourdes, inspirada en la célebre gruta francesa. Uno de sus atractivos es la réplica en miniatura de la Ciudad de Belén y Jerusalén con estatuas que se ponen en movimiento con juegos de agua y de luces.
Después, hay que caminar por Juan B. Justo, “La Avenida del Pullover”, mirar las vidrieras de las fábricas de tejidos que ofrecen venta al público y entrar a los outlets que también forman parte de este paseo comercial. Es un lugar clave para comprar diseños clásicos y originales a precios económicos.
Para terminar el día, es recomendable caminar por el Centro Comercial de Güemes, con locales de las más reconocidas marcas nacionales e internacionales.
Para almorzar o cenar, la calle Olavarría dispone de opciones variadas para todo tipo de paladar.
Al momento de comer, la calle Olavarría ofrece variadas opciones: desde un rico plato de pastas, una parrillada completa, una pizza crocante y una picadita, hasta un plato de papas fritas con salsa de queso. La pregunta difícil llega al entrar a alguna de las cervecerías: ¿rubia, roja o negra?
Después de dos días intensos, solo queda la opción de empezar a planificar la vuelta porque en Mar del Plata siempre queda mucho por conocer.
Fuente: Clarín Digital
