El mal tiempo, que había amagado con traer alguna de sus peores caras por Mar del Plata y zona, finalmente hizo de las suyas y muy feas en el Gran Buenos Aires, donde provocó gravísimas inundaciones que generaron pérdidas importantísimas en varios distritos, donde se debieron apelar a evacuaciones de decenas de familias debido a la gran acumulación de agua en el interior de las casas.
Y aunque continúa el “alerta amarillo”, por aquí todo se vivió muy tranquilo en estas últimas horas. Nada se ha visto hasta el momento de las anunciadas tormentas eléctricas. Apenas algunas lluvias, muy tenues y esporádicas, y por sobre todo una humedad densa, omnipresente y difícil de llevar.
Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional actualizó los datos este sábado por la mañana y extendió el alerta amarillo para la tarde y la noche del sábado, con una probabilidad alta de tormentas fuertes y ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora.
Se esperan tormentas que podrían ser de variada intensidad, algunas localmente fuertes y acompañadas por actividad eléctrica, ocasional caída de granizo, ráfagas y abundante caída de agua en cortos períodos.
Estas condiciones tan particulares quedaron aún más expuestas cuando se miraba el termómetro, con mínimas muy altas para la época. Este viernes no hubo valores por debajo de los 16 grados y por momentos la jornada se sobrellevó por encima de los primaverales 20 grados.
Para este sábado el panorama que se asoma es bastante similar a lo vivido en la víspera y será, sin lugar a dudas esta vez, quizás la última oportunidad de convivir con ese entorno tan agradable, que permitió volver a las remeras de manga corta al menos por un rato y en muchos casos por necesidad, ya que la combinación de calorcito y humedad hacía todo bastante complicado.
Las temperaturas se presentarían entre los 17 y 23 grados. Y a partir de la noche, y en particular el domingo, el termómetro iría cuesta abajo de manera definitiva e irreversible.
Fuente: Ahora Mar del Plata
