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A pesar de la exigencia de visa, los venezolanos siguen huyendo de la emergencia humanitaria

La exigencia de visado a los venezolanos alarga la ruta de quienes huyen en búsqueda de calidad de vida y protección internacional a Perú, Chile y Ecuador

Día a día los venezolanos atiborran los consulados de Chile, Perú y Ecuador en Caracas. Lograr estampar en sus pasaportes la visa es el sello para huir de la emergencia humanitaria que se vive en el país desde 2015.

La exigencia de visa a los venezolanos en tres de los cuatro principales países de acogida los tomó por sorpresa. Este requerimiento alarga la ruta de quienes necesitan salir en busca de alimentos y medicamentos o del abrazo de un familiar que emigró años atrás.

Largas filas, atención limitada de usuarios y esperas que se prolongan durante meses son los desafíos que deben superar los venezolanos que no salieron del país antes de que los gobiernos de Perú, Chile y Ecuador establecieran los nuevos controles migratorios. Estos tres países han recibido a casi un millón y medio de venezolanos de los 4,3 millones que han huido del país.

Infografía: Marcelo Regalado
Infografía: Marcelo Regalado

Iraldis Nolazco, de 35 años, espera con una carpeta amarilla en el Consulado de Perú. El rotulado dice su nombre y que solicitará la visa humanitaria que el gobierno de Martín Vizcarra pide desde el 15 de junio a los migrantes de Venezuela. Solo Perú acoge a más de 850.000 venezolanos.

«Tengo que irme a trabajar a Perú para reunir el dinero y regresar a pagar la operación mi hijo», dice Nolazco. Su hijo, de 12 años, tiene una malformación en los huesos de los pies. El pronóstico es que si no es intervenido de emergencia, en los próximos dos años podría dejar de caminar.

Nolazco es maestra en una escuela pública y su salario es de menos de 5 dólares al mes. La operación costaba, hasta julio, 13.000.000 de bolívares, casi 600 dólares. Los presupuestos tienen una vigencia de 7 días debido a que la inflación no permite mantener los precios.

El Ministerio de Educación le dijo que podría costear una parte. Ella también pidió ayuda en el Palacio Presidencial de Miraflores y otras instituciones, pero no ha recibido respuesta. «Con un sueldo de 100.000 bolívares al mes ¿cómo reúno lo que necesito para la operación?», dice.

Buscar la visa humanitaria en el Consulado de Perú es su única opción. Por eso desde junio comenzó a gestionar su visa, el 8 de agosto logró conseguir la cita para el 30 de ese mes.

Ese día entregó el pasaporte, los antecedentes penales apostillados, una fotografía y copia de la cédula. El primer documento que estaba dentro de la carpeta es el informe médico con el diagnóstico de su hijo, ella espera que eso la ayude a adelantar el proceso.

El informe sobre Venezuela de Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sostiene que «la situación sanitaria del país es grave»: 1.557 personas han fallecido, entre noviembre de 2018 y febrero de 2019, por falta de suministros y atención médica. Entre 60% y 100% de los fármacos no están disponibles en cuatro de las principales ciudades del país, incluida Caracas.

«Me encontré con largas listas de espera y solo atienden a 30 personas por día en el consulado. Pensé que me tocaría el próximo año», cuenta Nolazco. Agradece a Dios que pudo entregar sus documentos, ahora solo piensa en que le aprueben la visa. De ser así, estima que para diciembre podrá regresar a Caracas con el dinero para costear la cirugía de su hijo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados ha dicho que la mayoría de los venezolanos requieren protección internacional. En agosto llamó a los gobiernos de la región para que mantengan políticas de entrada flexibles, beneficien a quienes enfrentan dificultades para cumplir con los requisitos y faciliten la reunificación familiar. A su juicio, los controles migratorios podrían favorecer la trata y el tráfico de personas.

«Necesito darle calidad de vida a mi hijo»

En el Consulado de Chile lo que encuentran los venezolanos es una cartelera con los tipos de visas que pueden solicitar. A la vista no hay funcionarios consulares para responder dudas. Las personas esperan de pie o sentados en las aceras.

Verónica De Carrós tiene 34 años de edad y es contadora pública. Vive en el estado Zulia, a casi 10 horas de Caracas. Ya tiene un año viajando a la capital en su intento por obtener la visa para emigrar a Chile.

El 22 de junio entró en vigencia la exigencia del gobierno de Chile de una visa consular de turismo para los venezolanos. Ya en abril de 2018 se había implementado la visa de Responsabilidad Democrática.

Según el Departamento de Extranjería y Migración de Chile el año pasado emitieron más de 145.000 visas de turismo, reunificación familiar y residencia temporal para los venezolanos. Hasta abril de este año, contabilizan 31.000 visas de Responsabilidad Democrática.

En julio de 2018 De Carrós solicitó la cita en Caracas para la visa de Responsabilidad Democrática. La entrevista la tuvo en mayo de este año y la visa se la entregaron en agosto. «El estampado estuvo listo el 11 de junio, pero dos meses después fue que me lo entregaron. Comenzaron a contar la vigencia de la visa desde junio, a pesar de que la recibí en agosto. Ahora tengo chance de salir antes del 9 de septiembre», dice. La visa tiene un plazo de 90 días.

No ha podido salir porque todavía falta la visa dependiente de su hijo de dos años de edad. La carrera de De Carrós es lograr el estampado antes que se consuman los últimos días que le quedan a su visa.

Quiere emigrar pronto. En Zulia pasa días sin agua ni luz: «Se nos va la luz 18 horas al día, no tengo agua desde hace 23 días. Los bajones de luz han dañado los artefactos eléctricos». De acuerdo con el Comité de Afectados por los Apagones, desde que comenzó a fallar en marzo el servicio eléctrico en Venezuela, ya son 44.000 los aparatos eléctricos dañados.

De Carrós tuvo que reparar su nevera y cada dos meses debe revisar el aire acondicionado porque deja de enfriar. «Con lo que estamos viviendo aquí, sé que para donde iremos vamos a estar mejor», dice mientras espera que el funcionario del consulado le diga si esta vez le entregaran la visa de su hijo. «Solo me dicen que tengo que esperar. Ha sido angustiosa la espera».

Dice que ya no puede seguir gastando 60 dólares en cada viaje a Caracas entre boletos, hotel y alimentación. Cada visa que pagó tuvo un costo de 30 dólares en un país en que el salario mínimo son apenas 2 dólares.

«Cada día más tengo la ilusión de irme, parece más largo el camino, pero ya estamos en lo último», señala.

«Yo ya que quiero ir del país»

Carmen Garmendia está sentada en las afueras del Consulado de Ecuador. Tiene 66 años de edad y en reiteradas ocasiones repite: «Yo ya que quiero ir del país». En junio compró un boleto para viajar a Quito el 9 de septiembre. Tiene la ilusión de abrazar a su hija después de casi dos años sin verla y llegar a tiempo para celebrar su cumpleaños.

El decreto del gobierno ecuatoriano del 26 de julio que exige visado a los venezolanos la sorprendió. Desde que Ecuador abrió el consulado virtual el 21 de agosto para tramitar la visa humanitaria, Garmendia inició el proceso. Hizo el pago de 50 dólares por la solicitud y ahora espera la notificación de validación.

«En la página web dice que después de pagar hay que esperar una notificación, eso no ha llegado todavía. En el consulado me dicen que me meta en la página para buscar la cita. No entiendo nada. Tengo que esperar», dice Garmendia.

Ecuador acoge a parte de la familia de Garmendia. Ellos están entre los 330.414 venezolanos que viven en territorio ecuatoriano. Desde 2012 Ecuador ha emitido 110.000 visas para ciudadanos venezolanos. El repunte comenzó en 2015 cuando aprobaron 10.282, tres años después, fueron 43.231. Solo en 2019 van 13.750.

Fuente: infobae.com

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