En los últimos años, las empresas comenzaron a trabajar en algo más que solo generar utilidades. Motivados por garantizar la sustentabilidad, empezaron a considerar acciones que tendrían un impacto positivo tanto en sus proveedores como en sus clientes, en la organización y en la sociedad. En la actualidad, de hecho, son estas activaciones, junto con los propósitos y valores que plantean las distintas compañías, las que las posicionan y terminan beneficiándolas en distintos aspectos como: Estrechar los vínculos con sus clientes, proveedores y socios.Atraer y retener talento, debido a que el alineamiento del propósito personal de los nuevos profesionales y el de la empresa, y si se trabaja de manera ética y sostenible es posible aumentar la permanencia de los empleados, su talento y atraer a nuevos colaboradores, cada vez más concienciados con temas sociales y medioambientales.“Los valores atraviesan nuestro desempeño diario en la organización, pero lo más importante: nos permiten madurar para trasladar estos mismos valores a toda nuestra vida y contribuir así a la sociedad más sana, justa e igualitaria”, explican desde Recursos Humanos de Familia Bercomat, empresa impulsora de VamosAZoomar: iniciativa sin fines de lucro alineada con los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU 2030 (ODS) que, a través de charlas inspiradoras, capacitaciones y acompañamiento a proyectos con impacto social del NEA argentino, busca convertirse en un motor de cambio y concientización.A su vez la empresa promueve la construcción de proyectos de vida, no sólo para sus clientes: también para sus colaboradores, proveedores, y accionistas. Para que una empresa actúe con responsabilidad social, desde una perspectiva sistémica y amplia, es necesario que ese concepto sea incorporado a los procesos de gestión y que pase a formar parte integral de sus estrategias de negocio y de su sistema de planeación interna. Es por ello, que es fundamental apostar y trabajar en prácticas responsables, tales como:Cuidado de los colaboradores: un ambiente flexible de trabajo con cercanía y oportunidades de desarrollo que promueva el buen desempeño puede hacer de una organización un mejor lugar.Mejora social, económica y ambiental: la creación de nuevos puestos de trabajo, el cuidado de los recursos naturales y el desarrollo de acciones solidarias que marquen una diferencia desde la organización hacia el mundo. Involucrarse en causas sociales y generar alianzas: toda empresa debe identificar las necesidades sociales del entorno en que opera, para ello, es importante relacionarse con otras empresas, organizaciones de la sociedad civil, cámaras, agrupaciones, y organismos públicos.Igualdad de género entre los colaboradores: con la finalidad de impulsar la equidad laboral, la inclusión de las minorías y el trabajo continuo en el acompañamiento en la deconstrucción social de paradigmas que limitan los derechos individuales.Promover el impacto social: convertir a la empresa en activista social y empujar los cambios en la sociedad y entre los consumidores. El compromiso con la igualdad LGBT+, raza, color o nacionalidad, también la adopción de políticas y prácticas esenciales de inclusión en los centros laborales son algunas de las prácticas a seguir, así como velar por los derechos humanos. Cada una de estas, debe ser pensada en torno al propósito y valores a seguir de cada organización. “Nuestro propósito es una expresión de lo que representa ser una Familia. Es el alma de nuestra organización. El motor diario. La guía de lo que somos y lo que queremos ser. No es un fin en sí mismo, es la representación de nuestra construcción diaria. Por eso siempre buscamos incorporar buena gente para trabajar en equipo, con pasión y excelencia que vele por el cumplimiento de nuestro propósito”, finaliza VOCERO de Familia Bercomat. |